Nuestra América, redactado en 1891, justo en la etapa de la Tregua Fecunda cuando Martí estaba inmerso en la preparación de la Guerra Necesaria, constituye un ensayo latinoamericanista, antirracista y antimperialista que da coherencia a la teoría socio-filosófica más avanzada de su tiempo. El latinoamericanismo martiano es aquí un hecho cultural, expresión de una cultura liberadora.
Lo que propone Martí desde sus líneas no es exactamente la simple unión de nuestros pueblos, sino del “alma continental”. El Apóstol insiste en que lo deseable es “la unidad de espíritu”, no la “unión en formas teóricas y artificiales”.
Entre líneas en Nuestra América
La revelación de Martí a través de Nuestra América, no se reduce sólo a fijar la memoria histórica, sino también a revelar todo lo que se opone a su realización. En lo interno: el caudillismo, el mimetismo; en lo externo: el imperialismo que acecha; que son descritos por Martí, como antítesis de la eficaz realización del “hombre natural” y de la América Nuestra.