Noviembre. Foto tomada de Internet

Historia de los meses: Noviembre

Undecimo mes del año, que tiene 30 días en el calendario gregoriano vigente.

Noviembre recibe su nombre del latín November, bris (o Novembris) y su acusativo novembrem, literalmente “noveno mes”, del latín novem (nueve), debido a que en el antiguo calendario romano que comenzaba en marzo (Martius), era el noveno mes. Antes de la reforma al calendario de Julio César (100-44 a. C.), noviembre contaba con 29 días. El emperador Tiberio (42 a. C.-37 d. C.) rechazó que el senado llamara a este mes con su nombre para honrarlo, ya que los anteriores meses de quintilis y sextilis habían pasado a llamarse julio y agosto en honor a Julio César y Octavio Augusto.

Novem (nueve) está ligado a la raíz indoeuropea newn (nueve; aunque algunos especialistas no están de acuerdo), también relacionada con ennéa, nueve en griego; nine, nyne o niene en inglés medieval; nine en inglés actual; nigon en antiguo sajón; niun en alto alemán antiguo; naoi en gaélico; nava, navan en sánscrito; devyni en lituano. Todas estas palabras significan nueve.

De novem derivan las palabras y expresiones latinas como: decem novem (diecinueve), usque ad novem (hasta nueve), noveni (cada nueve, nueve a la vez), novie(n)s (nueve veces), nonus (noveno, hora nona), nonaginata (noventa), nundinae (días de mercado, cada nueve días).

Noviembre se escribe november en inglés y alemán, novembre en francés e italiano, novembro en portugués, noiembre en rumano, lo que demuestra el origen común latino.

Noviembre se llama Ab en el calendario judío, Dhu’l-Qa’dah en el islámico y Magh en el hindú.

En la Antigua Roma

En el calendario romano, éste mes era por su importancia y relevancia en la vida religiosa y festiva romana, el último. Era un mes poco dedicado a celebraciones, pues era el mes de la siembra, y por ello la mayor parte del tiempo era dedicada a las labores agrarias que garantizarían una buena cosecha. La sociedad romana, en su origen, era eminentemente agrícola. Así pues November era el mes de roturar los campos y sembrar. La diosa del mes era Feronia, protectora de la fertilidad y la abundancia, compañera de panteón de Diana, Ceres, Fortuna y Flora

Desde poco después de las calendas de November (el día 4 aproximadamente hasta el día 17) tenían lugar los Ludi Plebeii, los juegos plebeyos, ya comentados desde tiempos del historiador Tito Livio y que fueron creados para reconciliar las dos grandes clases de la roma antigua, los plebeyos y los patricios.

Juegos Plebeyos. Foto tomada de Internet

El día 8 era considerado como el último día en que la puerta del mundo subterráneo estaba abierta, el mundus patet.

Durante los juegos, el día 13, tenía lugar el Epulum Iovis, el banquete de Júpiter, una festividad popular en la que se engalanaban las estatuas de las deidades capitolinas, se las colocaba a la mesa en mullidos divanes, a Júpiter recostados y a Juno y Minerva sentadas, y se les atendía como a invitados. La comida era frugal y sencilla.

Representación de las deidades capitolinas: Minerva, Júpiter y Juno. Foto tomada de Internet

Se conocía aquel día como la festividad de las Pulvinaria. Todo este ritual lo montaban los epulones, septemviri epulonum, un colegio formado por los siete sacerdotes que se encargaban de organizar los ritos religiosos. Uno de los adminículos de los epulones que ha sobrevivido a los tiempos es la patena, recipiente aún utilizado a día de hoy por los sacerdotes católicos.

El 22 de noviembre tenía lugar la festividad en honor a Proserpina y Plutón, deidades del mundo subterráneo.

En la Naturaleza

Noviembre junto a octubre son los meses representativos del otoño. El otoño es una estación de bajas temperaturas y de corta duración, en comparación a la duración de las demás estaciones. Cabe destacar que el otoño no tiene características específicas que se aplican de forma generalizada, es decir, por igual en todas partes.

Vista de un lago en otoño. Foto tomada de Internet

Las hojas de los árboles tienen tonos amarillos, naranjas, ocres, rojos, marrones y violetas, mezclándose en los paisajes de la mayor parte del mundo.

Observación nocturna del cielo

En este 2021, el penultimo mes del año tendrá novedades para deleite de los amantes de los objetos celestes:

A finales del mes, Mercurio estará en conjunción superior. En estas circunstancias los planetas interiores se sitúan, desde nuestra perspectiva, detrás del Sol. Por este motivo Mercurio sólo será visible brevemente al amanecer durante la primera quincena. Pasado este punto se encontrará demasiado cerca del Sol para poder distinguirlo.

Sin contar con la Luna, en este momento Venus es el objeto más brillante del cielo, por lo que será fácil identificarlo cerca del horizonte SO ya desde el atardecer. Conviene aprovechar porque desaparecerá bajo el horizonte tan sólo una hora después del comienzo de la noche.

El planeta Marte está saliendo de una situación similar a la de Venus, por lo que comenzará a verse, cada vez un poco antes, justo antes del amanecer.

Júpiter, visible desde el atardecer en su máxima altura en el paso por el meridiano. Permanecerá en el cielo hasta las horas centrales de la noche.

Situación análoga a Júpiter, salvo que en Saturno, su orto (salida del Sol u otro astro por el horizonte) se produce aproximadamente una hora antes, por lo que su ocaso se adelantará de forma proporcional.

Urano será visible durante toda la noche, alcanzará su máxima altura entorno a la medianoche.

El planeta Neptuno podrá observarse desde después del atardecer, una vez haya oscurecido lo suficiente y, como ocurre con Urano, con la obligada ayuda de un telescopio. Neptuno culminará en las primeras horas de la noche y se pondrá en las siguientes horas tras la medianoche.

Lluvias de meteoros

Originadas por el cometa  P1/Encke, en realidad proceden del mismo enjambre que se ha dividido en dos ramificaciones debido a las perturbaciones gravitacionales de Júpiter. De las dos lluvias de meteoros la más intensa es la de las Táuridas Sur, que extiende su actividad entre el 10 de septiembre y el 20 de noviembre. Curiosamente presenta tres picos de actividad; los días 10 de octubre, 1 de noviembre y 15 de noviembre.

Las Táuridas del norte son activas entre el 20 de octubre y el 10 de diciembre. Su máximo previsto es el 12 de noviembre.

Ninguna de las dos lluvias de meteoros son muy activas (THZ, (radiación de terahercios) 5) pero son interesantes debido a su baja velocidad, que produce meteoros muy brillantes y fáciles de ver debido a su larga duración, siendo relativamente frecuente la formación de bólidos. Tienen el radiante en la constelación de Taurus.

Leónidas (013 Leo)

Producidas por los restos del cometa Tempel-Tuttle, tienen actividad entre el 6 y el 30 de noviembre, con el máximo el día 17 y una THZ de 12, aunque cada 33 años, coincidiendo con el máximo acercamiento del cometa al Sol, pueden tener una actividad propia de tormentas de meteoros. Son meteoros rápidos, ya que la Tierra atraviesa el enjambre “de frente”, y muestran un color rojizo con estelas verdes persistentes. El radiante se encuentra en la constelación de Leo. Este año el máximo coincide con el plenilunio, por lo que las condiciones de observación son bastante malas.

Lluvia de Leónidas. Foto tomada de Internet

Alfa-Monocerótidas (246 AMO)

Es una lluvia recientemente documentada de la que se conoce bastante poco. Tiene actividad entre el 15 y el 25 de noviembre, con el máximo el día 21. Su THZ es variable, aunque presenta una actividad bastante pobre,  ha producido dos explosiones meteóricas con THZ 400 en tan sólo unos minutos. El radiante se encuentra en la constelación de Monoceros.

El 19 de noviembre se producirá un eclipse parcial de luna visible en América, Europa, Asia y Australia.

Significado Espiritual

Aunque antiguamente se decía que el nueve daba mala suerte porque era un número inferior al diez, lo cierto es que es el número de la sabiduría, del conocimiento. Su significado espiritual encarna la vida después de la muerte. Hace referencia a la alquimia y un nivel elevado de conciencia y de iluminación espiritual.

El significado espiritual de noviembre, como actual mes onceavo, implica el comienzo de un nuevo viaje. El uno marca el principio y al duplicarse hace referencia a la finalización definitiva de una etapa e inicio de una nueva poco a poco. El invierno ralentizará su desarrollo hasta que termine explotando al llegar la primavera.

El agradecimiento por los bienes que da la tierra o el fin de un ciclo personal son quizá las interpretaciones espirituales de noviembre más importantes. Este fin de ciclo no significa que termina todo sino que los nuevos proyectos quedan hibernando durante el invierno para surgir con fuerza en primavera.

Las esperanzas de lo que está por llegar sirven de nutriente a lo largo del reposo del guerrero. Puede que sea el momento en el que finalizamos una relación sentimental, cambiamos de trabajo o pasamos por una crisis de fe. Finales de etapa que aunque inquietantes no tienen por qué ser negativos. Tan sólo hay que esperar y ver cómo se desarrollan los acontecimientos en el futuro.

Una celebración que honra a los que ya no están

El 1 de noviembre tiene lugar el Día de Todos los Santos, festividad católica que se instauró en el siglo VIII, cuando el papa Gregorio III consagró una capilla en la Basílica de San Pedro a todos los santos, fijando la fecha en el 1 de noviembre.

En el siglo IX, Gregorio IV decidió que dicha celebración se extendería a toda la Iglesia, de modo que el primer día de dicho mes se celebrarían Todos los Santos, haciendo que el 2 de noviembre pasara a ser el Día de los Fieles Difuntos y el 31 de octubre la Víspera de Todos los Santos.

La celebración del Día de Muertos se lleva a cabo los días 1 y 2 de noviembre ya que esta se divide en categorías: De acuerdo con el calendario católico, el 1 de noviembre corresponde a Todos los Santos, día dedicado a los “muertos chiquitos” o niños, y el día 2 de noviembre a los Fieles Difuntos, es decir, a los adultos.

Día de Muertos, México. Foto tomada de Internet

El Día de Muertos en la visión indígena implica el retorno transitorio de las ánimas de los difuntos, quienes regresan a casa, al mundo de los vivos, para convivir con los familiares y para nutrirse de la esencia del alimento que se les ofrece en los altares puestos en su honor.

En esta celebración de Día de Muertos, la muerte no representa una ausencia sino a una presencia viva; la muerte es un símbolo de la vida que se materializa en el altar ofrecido. En este sentido se trata de una celebración que conlleva una gran trascendencia popular ya que comprende diversos significados, desde filosóficos hasta materiales.

Altar típico del Día de Muertos. Foto tomada de Internet

Su origen se ubica en la armonía entre la celebración de los rituales religiosos católicos traídos por los españoles y la conmemoración del día de muertos que los indígenas realizaban desde los tiempos prehispánicos; los antiguos mexicas, mixtecas, texcocanos, zapotecas, tlaxcaltecas, totonacas y otros pueblos originarios de nuestro país, trasladaron la veneración de sus muertos al calendario cristiano, la cual coincidía con el final del ciclo agrícola del maíz, principal cultivo alimentario del país.

Cada año muchas familias colocan ofrendas y altares decorados con flores de cempasúchil, papel picado, calaveritas de azúcar, pan de muerto, mole o algún platillo que le gustaba a sus familiares a quien va dedicada la ofrenda, y al igual que en tiempos prehispánicos, se coloca incienso para aromatizar el lugar.

Asimismo, las festividades incluyen adornar las tumbas con flores y muchas veces hacer altares sobre las lápidas, lo que en apocas indígenas tenía un gran significado porque se pensaba que ayudaba a conducir a las ánimas a transitar por un buen camino tras la muerte.

La tradición también indica que, para facilitar el retorno de las almas a la tierra, se deben esparcir pétalos de flores de cempasúchil y colocar velas trazando el camino que van a recorrer para que estas almas no se pierdan y lleguen a su destino. En la antigüedad este camino llegaba desde la casa de las familias hasta el panteón donde descansaban sus seres queridos.

Cabe mencionar que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró en 2008 esta festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por su importancia y significado en tanto se trata de una expresión tradicional contemporánea y viviente a un mismo tiempo, integradora, representativa y comunitaria.

Para la UNESCO, el encuentro anual entre los pueblos indígenas y sus ancestros cumple una función social considerable al afirmar el papel del individuo dentro de la sociedad. También contribuye a reforzar el estatuto cultural y social de las comunidades indígenas de México.

El Día de Muertos se considera una celebración a la memoria y un ritual que privilegia el recuerdo sobre el olvido.

La Catrina, personaje popular del Día de Muertos. Foto tomada de Internet

En México la celebración del Día de Muertos varía de estado en estado, de municipio en municipio y de pueblo en pueblo, sin embargo en todo el país tiene un mismo principio, reunir a las familias para dar la bienvenida a sus seres queridos que vuelven del más allá.

Noviembre en la historia

El mes de noviembre ha presenciado sucesos histórico-científicos de gran importancia cultural y científica:

El 24 de noviembre de  1859 el naturalista británico Charles Darwin (1809-1882) publicó su obra culmen El origen de las especies, que inmediatamente suscitó diversas objeciones y críticas provenientes de muy diversos ámbitos, desde el campo científico al religioso, pasando por la política y la sociología, entre otros. Para responder a esas objeciones, Darwin reeditó hasta en cinco ocasiones su obra, la  sexta y última en 1872 en las que fue retocando determinadas partes y conceptos que habían sido puestos en entredicho. 

Charles Darwin, naturalista británico. Foto tomada de Internet

En la primera edición de El origen de las especies Darwin explica cómo las diferentes especies de seres vivos se han originado mediante la actuación de la selección natural, a partir de un ancestral común a todos ellos. Y por ende, también se posicionó claramente en contra de la posibilidad de que las especies se hayan creado de forma independiente. Esto fue motivo de enormes críticas por parte de diferentes sectores religiosos por cuanto eliminaba la idea de la actuación de un creador en tal proceso. La polémica se centraba en que en la frase final resumen de la obra no incluyó a dicho creador por ningún lado:

hay grandeza en esta concepción de que la vida […] mientras este planeta ha ido girando […] ha desarrollado infinidad de formas […] a partir de un principio tan sencillo” (se refiere al origen de la vida en una “charca de agua templada” a partir de sus componentes químicos elementales).

Primera edición de El origen de las especies. Foto tomada de Internet

En la segunda edición de 1860 pasados tan sólo unos pocos meses de la primera, Darwin insertó dos retoques con respecto a la religión. En primer  lugar,  incluye en la anterior frase la mención al creador, algo que se mantendría en las siguientes ediciones, lo que se puede interpretar como un intento de calmar los ánimos.

Marie Curie, Premio Nobel de Física y de Química, nació el 7 de noviembre de  1867 en Varsovia, Polonia. Maria Salomea Skłodowska-Curie, fue una física, matemática y química, pionera en el campo de la radiactividad. Marie no solamente fue la primera mujer, sino que la primera persona en recibir dos Premios Nobel en distintas especialidades: Física (1903) y Química (1911), y la primera mujer en dar clases en la Universidad de París. Marie se casó con el científico Pierre Curie y fue madre de quien recibiría más adelante también un Premio Nobel en Química, Irène Joliot-Curie.

Maria Salomea Skłodowska-Curie. Foto tomada de Internet

Motivada por el descubrimiento de Antoine Henri Becquerel, que demostró que las sales de uranio emitían rayos de naturaleza desconocida, sin la necesidad de ser expuestas a la luz, Marie Curie investigó más allá este tema y descubrió que los compuestos formados por el torio también emitían rayos de forma espontánea. A este fenómeno le llamaron radioactividad.

Como la radiactividad que generaban algunas muestras era más fuerte de lo que se esperaba, Marie y Pierre sospecharon que había otra sustancia radiactiva más potente que el uranio y el torio, y en 1898 dieron a conocer públicamente que habían descubierto un nuevo elemento: el polonio. Unos meses después anunciaron su nuevo hallazgo: el radio.

En 1903 le concedieron el Premio Nobel de Física por el descubrimiento de los elementos radiactivos y en 1911 la otorgaron un segundo Nobel, el de Química, por sus investigaciones sobre el radio y sus compuestos.

Marie Curie fue nombrada directora del Instituto de Radio de París en 1914 y se fundó el Instituto Curie. Murió en 1934 producto de una anemia aplásica, la que se sospecha fue provocada por su alta exposición a la radiación.

El 4 de noviembre de 1922,  el arqueólogo y egiptólogo británico Howard Carter (1874-1939) descubrió  la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes, Egipto, rodeada de un tesoro de incalculable valor que estaba en perfecto estado de conservación. La historia cuenta que, cuando los investigadores que habían rastreado El Valle de los Reyes creyeron que ya no se podían encontrar allí más tumbas que las que ya habían descubierto, Carter decidió hacer un último intento en una expedición que contó con el apoyo económico del mecenas lord Carnarvon. Así, tras varias semanas de arduo trabajo, finalmente logró dar con el mausoleo del joven faraón que murió a los 19 años de edad tras reinar solo 9, en lo que fue, y sigue siendo, uno de los mayores hitos en la historia de la arqueología mundial. 

Descubrimiento de la tumba de Tutankamón (derecha), el espléndido tesoro del faraón (izquierda). Foto tomada de Internet

En el interior de la tumba, que bue bautizada con el nombre de KV62, por ser la sexagésimo segunda que se encontró en la zona, se encontraron cuatro pequeñas cámaras, 5.000 objetos preciosos, cientos de vasijas, armas, vestidos y hasta comidas que debían acompañar al faraón en su paso al otro mundo. Todos estos objetos actualmente están exhibidos en el Museo Egipcio de El Cairo. La cámara sepulcral estaba recubierta de oro, que se introdujo desmontada y contenía otras tres encajadas en su interior. En el espacio comprendido entre las paredes y la capilla se encontraban los remos, representando que el muerto podía navegar al más allá. Delante de las puertas de las capillas se depositó un vaso de perfume de alabastro, con aplicaciones de oro y marfil.

El arqueólogo Howard Carter, trabajando en el sarcófago de Tutankamón. Foto tomada de Internet

Finalmente, en la última capilla hallaron un gran ataúd de cuarcita con tapa de granito rojo que contenía otros sarcófagos. El último de ellos, de oro macizo, conservaba el cadáver momificado del faraón, su rostro estaba cubierto con una máscara de oro con incrustaciones de cornalina, lapislázuli, turquesas y otras piedras preciosas que hoy se puede admirar en el Museo de El Cairo.

El 3 de noviembre de 1957, el Sputnik 2 fue la segunda nave espacial puesta en órbita alrededor de la Tierra. Abordo iba el primer ser vivo terrestre: la perra Laika.

Laika era una perra callejera de Moscú. Los científicos soviéticos optaron por utilizar perros callejeros ya que asumían que estos animales habían aprendido a soportar las condiciones extremas de frío y hambre.

El Sputnik 2 era una cápsula cónica de 4 metros de alto con una base de 2 metros de diámetro. Contenía varios compartimentos destinados a alojar transmisores de radio, un sistema de telemetría, una unidad programable, un sistema de control de regeneración y temperatura en cabina e instrumental científico.

El Sputnik 2. Foto tomada de Internet
La perra Laika. Foto tomada de Internet

En una cabina sellada y separada del resto viajaba la perra Laika, cuyo nombre original era Kudryavka, y pesaba unos 6 kilos. La cabina presurizada del Sputnik 2 le permitía estar acostada o en pie y estaba acolchada. Un sistema regenerador de aire le proveía de oxígeno; la comida y el agua se encontraba en forma de gelatina.

Laika estaba sujeta con un arnés, una bolsa recogía los excrementos, y unos electrodos monitorizaban las señales vitales. Un primer informe telemétrico temprano indicó que Laika estaba agitada en el espacio pero comía. No había posibilidad de retorno a la Tierra, por eso se planeó sacrificarla después de 10 días en órbita.

Sin embargo, en octubre de 2002 se reveló por fuentes rusas que Laika había muerto a las pocas horas debido al sobrecalentamiento y el estrés. La misión suministró a los científicos los primeros datos del comportamiento de un organismo vivo en el medio espacial.

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