El potencial de la ciencia y la tecnología hoy es innegable. Hablar de Inteligencia Artificial (IA) y sus aplicaciones cotidianas, también. Pero en el siglo pasado, más precisamente en los años 40, parecía una idea extravagante. Sin embargo, un bioquímico de formación, que posteriormente sería un prolífico escritor y divulgador científico, ya hablaba de robótica como la disciplina de estudio de los robots.
Ese hombre era Isaac Asimov, escritor estadounidense de origen ruso. Fue el creador de la palabra “robótica”, y de las tres leyes que la rigen como cuando se analizan los asuntos éticos sobre futuros robots.
Vida y Obra
Nació en Petrovichi, Smoliensk, la URSS, el 2 de enero de 1920. Fue el primogénito del matrimonio formado por Judah Asimov y Anna Rachel Berman, ambos judíos. A comienzos de 1923, la familia Asimov abandonó la Unión Soviética para trasladarse a los Estados Unidos de América. Ya en suelo estadounidense se instalan en el barrio neoyorquino de Brooklyn.
La precocidad intelectual del pequeño Isaac, animó a sus progenitores a facilitarle una temprana formación escolar, por lo que su madre falsificó su fecha de nacimiento para hacer posible su ingreso, en 1925, en una escuela pública de Nueva York. Cursó luego su formación secundaria en la East New York Junior High School, donde se graduó en 1930; pasó luego a la Boys High School, en la que permaneció hasta 1935, año en el que, una vez completados con brillantez sus estudios de bachillerato, se halló preparado para emprender su formación superior con tan sólo quince años de edad.
Matricula en la universidad neoyorquina de Columbia, graduándose de bioquímico en 1939; posteriormente, nuevos estudios superiores le permitieron licenciarse en Ciencias y Artes y doctorarse en Filosofía. En 1939 comienza a publicar cuentos de ciencia ficción en las revistas especializadas, imponiéndose en pocos años como el principal representante de la rama “tecnológica” de este género, en la que la visión del mundo futuro y de nuevas formas de organización social se basa siempre en premisas de carácter científico (aunque más o menos futuristas) y los avances tecnológicos correspondientes.
Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó para la Marina estadounidense en unos laboratorios de Filadelfia. En 1942 contrajo matrimonio con Gertrudis Blugerman, con la que tendría dos hijos. Acabada la contienda, Asimov abandonó su puesto en la Navy y siguió estudios de Bioquímica en la Universidad de Columbia, por la que se doctoró en 1948. Al año siguiente ingresó en el claustro de la Medical School de la Universidad de Boston, para ejercer la docencia en calidad de profesor ayudante de Bioquímica, materia que continuó explicando en dichas aulas durante casi un decenio (1949-1958).
Entre 1942 y 1949 Asimov publica en Astounding Science Fiction los relatos que después constituirán su Trilogía de las Fundaciones o Ciclo de Trántor, compuesta de Fundación (1951), Fundación e Imperio (1952) y La segunda Fundación (1953). Cuyos protagonistas no son generales ni guerreros, sino intelectuales, políticos y científicos.
En 1950 publica I, Robot (Yo, Robot), la obra que lo consolidó como maestro de la ciencia ficción y su libro más popular. Yo, Robot es una recopilación de relatos sobre la humanidad y su convivencia con los robots y fue tan visionaria que incluso se le atribuye a Asimov la invención de la palabra robótica y sus tres leyes fundamentales:
- Los robots no pueden lastimar a los seres humanos o dejar que se lastimen sin tomar acción.
- Los robots deben obedecer las órdenes que los humanos les den, excepto si esa orden entra en conflicto con el punto anterior.
- Un robot debe proteger su propia existencia siempre y cuando eso no entre en conflicto con la primera y segunda regla.
Estas tres leyes han sido aceptadas por quienes en la actualidad hablan sobre el desarrollo de la inteligencia artificial.
Otro de los grandes temas que protagonizaron la prolífica obra de Isaac Asimov, trató sobre un creciente desarrollo tecnológico y su uso por parte de la humanidad. Esta temática se vio reflejada en varias novelas de los años cincuenta, como Bóvedas de acero y El fin de la eternidad (1955); en esta última expone una de sus tesis favoritas: “solo el ejercicio de la libertad por parte de las sociedades y la especie humana con sus éxitos y fracasos asegurará su desarrollo futuro”.
La novela El sol desnudo (1957), supuso otro éxito para el escritor. Texto en el que Asimov asocia con eficacia la ciencia ficción con la investigación policíaca, creando el personaje del detective Elijah Baley, auxiliado en su trabajo por el robot Daneel Olivaw
Llevado de su afán didáctico, escribió también algunas obras destinadas al público infantil y juvenil (usando el seudónimo Paul French), en las que combinaba la ficción con una serie de rudimentos científicos e históricos. También escribió libros sobre temáticas de misterio y fantasía, junto con una gran cantidad de textos de no ficción y ciencia. En 1966 recibió el premio Hugo, galardón que entrega la Convención Mundial de Ciencia Ficción a las mejores obras del género.
Su prestigio como divulgador científico hizo que fuera consultado como asesor de la serie de televisión Star Trek en los años 70. En 1981 se nombró a un asteroide, el (5020) con el nombre de Asimov; y ese mismo año publicó una continuación de la Trilogía, Los límites de la Fundación, novela bastante prolija, llena de intrigas por el poder e interrogantes que resolver.
En 1986 publica Sueños de robot, una de sus mejores colecciones de cuentos cortos. La historia Sueños de robot fue la única escrita explícitamente para esta recopilación y narra el descubrimiento por la doctora Susan Calvin (otro de sus personajes recurrentes) de un robot con perturbadores sueños. Muchas de las otras historias están inspiradas en conflictos entre los robots y las tres leyes de la robótica de Asimov. El escritor consideraba dos de los relatos de esta colección: La última pregunta y El chiquillo feo como sus dos trabajos cortos predilectos seguidos por El hombre bicentenario publicado en otras recopilaciones.
En una entrevista realizada en 1988, el que inventó la robótica también pudo ver la importancia de Internet para la enseñanza, y describió a Wikipedia 13 años antes de su fundación.
A comienzos de la década de los noventa, a raíz de una intervención quirúrgica motivada por una grave afección prostática, Isaac Asimov se vio obligado a reducir su intensa actividad creativa e investigadora. La muerte le sobrevino en la ciudad de Nueva York, el 6 de abril de 1992, como consecuencia de un fallo cardíaco y una insuficiencia renal.
Con sus decenas de libros de divulgación científica, Asimov afirmó siempre su fe optimista en un progreso basado en un uso racional de la ciencia y la tecnología. En el terreno de la divulgación, también abordó otros campos del saber, como la historia, las matemáticas, la psicología y la sociología, y llegó a hablar de una nueva disciplina humanística, la psicohistoria, que, según su propuesta, sería una suma de las aportaciones de las cuatro ramas del conocimiento humano recién mencionadas.
Isaac Asimov propuso el aprendizaje electrónico, donde las personas podrían informarse y aprender a través de la red y eso ayudaría a difundir el conocimiento en el mundo. Si bien el estilo divulgativo de toda su obra le ha valido críticas sobre su falta de complejidad y profundidad a la hora de presentar una temática tan difícil, no cabe duda de que los conocimientos y las tesis del escritor marcaron precedentes en cuestiones de robótica y ciencia ficción, y sus historias han servido de inspiración para muchos científicos, cineastas y escritores años después de su muerte.