Mes donde el calor empieza a apretar y el sol es la tónica dominante. Es una época deseada porque es primaveral y marca el paso hacia el verano. A destacar que se trata del quinto mes del año en el calendario gregoriano, que tiene un total de 31 días; y que era antes el tercer mes en el antiguo calendario romano.
En la Antigüedad
Quintilis fue originalmente el nombre del quinto mes (que después fue cambiado de lugar para ocupar el séptimo) en el calendario romano, estaba ubicado después de junio y antes de sextilis. En la antigua Grecia su equivalente era el mes de Targelión.
El origen de su nombre es incierto. Parece derivar de la diosa romana Maia, también conocida como Bona Dea (La Buena Diosa), cuyo festival los romanos celebraban este mes que llamaban Maius. También podría provenir de la ninfa Maya, hija de Atlas y Pleione y madre de Hermes (Mercurio). Una tercera opción de su origen podría ser del término Maius Juppiter, una reducción de máximum, el más grande.
Los antiguos romanos celebraban una fiesta en honor a la diosa Maia, que era la diosa de la salud y de la fertilidad. Por esta razón, muchos enfermos eran trasladados a su templo para rogar por su curación. Durante las fiestas, el templo se adornaba con flores y plantas.
Se celebraban varias fiestas:
Lemuria: Los 9, 11 y 13 de mayo: Los pater familias realizaban ritos para el apaciguamiento de las almas de los difuntos, vendría a ser nuestro Día de los Difuntos. Para ello, y golpeando un bol de bronce, recitaban oraciones mientras lanzaban tras sus espaldas habas negras para que las almas llamadas lemures, de ahí el nombre de la celebración, estuvieran entretenidas recogiéndolas ya que creían volvían del inframundo buscando comida.
Festividad de la Bona Dea: Esta celebración es la que daba nombre al propio mes. El culto a Bona Dea también llamada Maia era más un ritual iniciático que una festividad. Su culto plenamente extendido, fue muy seguido por las mujeres, ya que la diosa hija de Fauno, personificaba la virginidad, la feminidad, la fecundidad y la curación, este último aspecto hizo que muchos enfermos fueran tratados en su templo. Esa característica en relación a la castidad se basaba en la leyenda de que Maia había solicitado que la convirtieran en serpiente para evitar que su padre Fauno abusara de ella.
Sobre la celebración nada se sabe excepto un aspecto, y es su caracter estrictamente femenino que prohibía la entrada a hombres o cualquier representación masculina en pinturas, murales o esculturas. Se acostumbraba a celebrar en casa de un magistrado, ejerciendo la mujer de éste de anfritiona de la celebración. La única documentación que dan alguna referencia sobre su culto, lo ofrece el poeta latino Juvenal; en dichos escritos señalaba “el caracter lascivo y sexual de las asistentes, debido al abuso del vino”, información puesta en tela de juicio teniendo en cuenta que ningún hombre asitía como para saber con exactitud sobre los ritos, icluyendo al propio Juvenal.
En la Naturaleza
Mayo es conocido como el “mes de las flores”: los campos se llenan de color y del agradable aroma de las flores. El paisaje cambia cada día, cada hora. Es el signo inequívoco de la explosión vital que se produce desde el interior de los ecosistemas y se expande hasta ocupar la totalidad del espacio y el tiempo en el que animales y vegetales comparten el objetivo de la supervivencia y el mantenimiento de la especie. El mes de mayo es sinónimo de estabilidad y bonanza, es el momento en el que la primavera ha consolidado sus posiciones y el nuevo ciclo de la vida está en marcha.
La naturaleza se muestra generosa, favoreciendo el crecimiento de la fauna. Decenas de crías de diversas especies de aves esperan la llegada de sus progenitores con la comida que necesitan para sobrevivir. Es la banda sonora de bosques, campos y ríos.
Es el mes del cuidado de las camadas porque las especies se han adaptado a un período en el que la comida es abundante, las temperaturas permiten una mayor exposición al exterior, y porque todos los elementos de la cadena trófica (unos se comen a otros) están disponibles. El crecimiento de la biomasa, que ha multiplicado por mil la densidad vegetal de los campos y bosques, es también el sustento de millones de insectos de centenares de especies que se desarrollan y multiplican a lo largo de la primavera y el verano, y que en mayo, con la explosión vegetal y floral, tienen su mayor época de eclosión.
Los insectos se convertirían en terroríficas plagas si no fuesen el alimento de muchas especies animales. Las aves insectívoras aprovechan esa explosión vital para conseguir esa cantidad de alimento extra que necesitan para dar de comer a sus polluelos.
Mayo es también el mes de la vuelta al hogar. La mayoría de las especies migratorias que se marcharon a territorios más cálidos para pasar el invierno han iniciado el regreso, y buscan un lugar donde asentarse para pasar la primavera y el verano.
Significado espiritual del quinto mes del año
En dicho mes se homenajea tanto a las que ya dieron a luz en su día como las que están a punto o lo harán en el futuro. Vientres fértiles que traen vida participando así en el ciclo de la naturaleza. El ímpetu que infunden madres y novias lleva aparejada energía positiva y prosperidad. Esta energía femenina expansiva y acogedora llega a todo el mundo.
El día 1ro de mayo era celebrado en el hemisferio norte por la cultura celta como inicio de la temporada de verano pastoral. Era la noche de Beltane. Los rebaños se llevaban entonces hacia las montañas para alimentarse con los pastos verdes. En irlandés moderno el mes de mayo se denomina Mi na Bealtaine, mes de Bealtaine. En regiones como Bretaña, Gales o Cornualles, también de cultura celta, existían fiestas parecidas en la misma fecha.
Con la llegada de mayo, la alegría de vivir se traslada al espíritu. Es el momento de comenzar proyectos o retomar aquellos que habían quedado estancados. Las energías positivas nos acompañarán a ello.