Póster contra la violencia de género. Foto tomada de Internet

Día Internacional contra la Violencia de Género: Tú puedes hacer la diferencia

La violencia de género se considera como todo acto sexista que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, emocional, laboral, económico o patrimonial; la coacción o la privación arbitraria de la libertad, así como la amenaza de ejecutar tales actos, tanto si se producen en el ámbito público como en el privado.

Por lo tanto, va más allá del maltrato físico o verbal al que se vea sometida una mujer o una niña; significa otras formas de violencia que tal vez pasen desapercibidas por coexistir en espacios más privados.

También, se incluyen los comportamientos generadores de violencia en la sociedad que se han vuelto recurrentes y tácitamente se han convertido en comportamientos sociales aceptados, que se consideran normales.

El 25 de noviembre se celebra el Día Internacional contra la Violencia de Género para denunciar y erradicar la violencia que sufren las mujeres y niñas en todo el mundo. 

Cada año las calles se tintan de naranja y las asociaciones feministas convocan movilizaciones y actividades de concienciación con el fin de reivindicar su lucha.

Formas de violencia contra las mujeres

La violencia contra mujeres y niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual sobre las que apenas se informa debido a la impunidad de la cual disfrutan los perpetradores, y el silencio, la estigmatización y la vergüenza que sufren las víctimas.

En 1993, la Conferencia Mundial de Derechos Humanos reconoció la violencia contra las mujeres como una violación de los derechos humanos e instó a nombrar un Relator o Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer en la Declaración y Programa de Acción de Viena. También contribuyó la Declaración sobre la eliminación sobre la eliminación de la violencia contra la mujer emitida por la Asamblea General de la ONU en ese mismo año.

La Declaración constituyó el primer instrumento internacional que abordó de forma explícita la violencia contra las mujeres, estableciendo un marco para la acción nacional e internacional. Definió la violencia contra las mujeres como “todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada“.

A continuación se proponen los tipos de violencia hacia la mujer porque si la sociedad es capaz de reconocerlos, tal vez disminuyan, pues todavía hoy sería utópico decir, desaparezcan:

Violencia psicológica: El maltrato psicológico constituye una forma de abuso más sutil y difícil de percibir, pero no por eso menos traumático para las mujeres que lo padecen. Es toda conducta activa u omisiva ejercida en deshonra, descrédito o menosprecio al valor o dignidad personal, tratos humillantes y vejatorios, vigilancia constante, aislamiento, marginalización, negligencia, abandono, celotipia, comparaciones destructivas, amenazas y actos que conllevan a las mujeres víctimas a disminuir su autoestima, a perjudicar o perturbar su sano desarrollo y a la depresión e incluso al suicidio.

Violencia sexual: Es toda conducta que amenace o vulnere el derecho de la mujer a decidir voluntaria y libremente su sexualidad, comprendiendo ésta no sólo en el acto sexual, sino toda forma de contacto o acceso sexual, genital o no genital, tales como actos lascivos violentos o acceso carnal violento o la violación propiamente dicha. Incluye el uso de la fuerza o intimidación dentro del mismo matrimonio o de otras relaciones vinculares o de parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.

Violencia patrimonial y económica: Se considera violencia patrimonial y económica toda conducta activa u omisiva que directa o indirectamente, en los ámbitos público y privado, esté dirigida a ocasionar un daño a los bienes muebles o inmuebles en menoscabo del patrimonio de las mujeres víctimas de violencia o a los bienes comunes. También la que se dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de la mujer, a través de la perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes, pérdida, sustracción, destrucción, retención o distracción indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores y derechos patrimoniales. Incluye todo acto que genere limitaciones económicas encaminadas a controlar sus ingresos, o la privación de los medios económicos indispensables para vivir.

Violencia simbólica: Es la que se ejerce a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos que transmiten y reproducen relaciones de dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales que se establecen entre las personas y naturalizan la subordinación de la mujer en la sociedad.

Acoso y hostigamiento: Es toda conducta abusiva y especialmente los comportamientos, palabras, actos, gestos, escritos o mensajes electrónicos dirigidos a perseguir, intimidar, chantajear, apremiar, importunar, vigilar a una mujer, y que atenten contra su estabilidad emocional, dignidad, prestigio, integridad física o psíquica, o que puedan poner en peligro su empleo, promoción, reconocimiento en el lugar de trabajo o fuera de él.

Violencia doméstica: Aquella conducta activa u omisiva, constante o no, de empleo de fuerza física o violencia psicológica, intimidación, persecución o amenaza ejercida contra una mujer por un integrante del grupo familiar, persona con quien mantiene o mantuvo relación de afectividad, ascendientes, descendientes, parientes colaterales, consanguíneos y afines, independientemente del espacio físico donde ésta ocurra, y que dañe la dignidad, el bienestar, la integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, la libertad, comprendiendo la libertad reproductiva y el derecho al pleno desarrollo de las mujeres. Incluye las relaciones vigentes o finalizadas, no siendo requisito la convivencia.

Violencia laboral: Es la discriminación hacia la mujer en los centros de trabajo públicos o privados que obstaculicen su acceso al empleo, ascenso o estabilidad en el mismo, tales como exigir requisitos sobre el estado civil, maternidad, la edad, la apariencia física o buena presencia, o la solicitud de resultados de exámenes de laboratorios clínicos, que supeditan la contratación, ascenso o la permanencia de la mujer en el empleo. Constituye también discriminación de género en el ámbito laboral quebrantar el derecho de igual salario por igual trabajo. Así mismo incluye el hostigamiento psicológico en forma sistemática sobre una determinada trabajadora con el fin de lograr su exclusión laboral.

Violencia obstétrica: Se entiende por violencia obstétrica la apropiación del cuerpo y procesos reproductivos de las mujeres por personal de salud, que se expresa en un trato deshumanizador, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad, impactando negativamente en la calidad de vida de las mujeres.

Violencia mediática: Aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, así como también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres.

Violencia institucional: Son las acciones u omisiones que realizan las autoridades, funcionarios y funcionarias, profesionales, personal y agentes pertenecientes a cualquier órgano, ente o institución pública, que tengan como fin retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a las políticas públicas y ejerzan los derechos previstos en las leyes para asegurarles una vida libre de violencia. 

Así mismo, en algunos países se han tipificado otras modalidades de violencia entre ellas la prostitución forzada, la esclavitud sexual, el acoso sexual, la violencia en pareja, la violencia comunitaria y la esterilización forzada, entre otras.

Los efectos psicológicos adversos de la violencia contra las mujeres y niñas, al igual que las consecuencias negativas para su salud sexual y reproductiva, afectan a las mujeres en toda etapa de sus vidas. Por ejemplo, las desventajas tempranas en materia de educación no solo constituyen el obstáculo principal para alcanzar la escolarización universal y hace cumplir el derecho a la educación de las niñas, luego también le restringe el acceso a la educación superior a la mujer y limita sus oportunidades de empleo.

Aunque todas las mujeres, en todas partes del mundo, pueden sufrir violencia de género, algunas mujeres y niñas son particularmente vulnerables, ejemplo de ellas son las niñas y las mujeres más mayores, las mujeres que se identifican como lesbianas, bisexuales, transgénero o intersex, las migrantes y refugiadas, las de pueblos indígenas o minorías étnicas, o mujeres y niñas que viven con el VIH y discapacidades, y aquellas en crisis humanitarias.

La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas. Lo que es más, la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de no dejar que nadie se quede atrás, no podrá cumplirse sin primero poner fin a la violencia contra mujeres y niñas.

Una organización dedicada a promover la igualdad de género

En julio de 2010, a través de la Resolución 64/289, la Asamblea General de las Naciones Unidas creaba ONU Mujeres, Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres.

ONU Mujeres. Foto tomada de Internet

La creación de ONU Mujeres surgió como parte del programa de reformas de las Naciones Unidas, que reunió recursos y mandatos que generaran un mayor impacto. Se erige y se basa sobre el importante trabajo de cuatro organismos anteriormente independientes del sistema de las Naciones Unidas, que se centraban exclusivamente en la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres:

  • División para el Adelanto de la Mujer (DAM)
  • Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer (INSTRAW)
  • Oficina del Asesor Especial en Cuestiones de Género y Adelanto de la Mujer (OSAGI)
  • Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM)

ONU Mujeres trabaja mundialmente para que los Objetivos de Desarrollo Sostenible sean una realidad para las mujeres y las niñas, y promueve la participación de las mujeres en igualdad de condiciones en todos los ámbitos de la vida. La Entidad se centra en cinco áreas prioritarias:

  • aumentar el  liderazgo y la participación de las mujeres;
  • poner fin a la violencia contra las mujeres;
  • implicar a las mujeres en todos los aspectos de los procesos de paz y seguridad;
  • mejorar el empoderamiento económico de las mujeres;
  • y hacer de la igualdad de género un aspecto central en la planificación y la elaboración de presupuestos nacionales para el desarrollo.

Asimismo, ONU Mujeres coordina y promueve el trabajo del sistema de las Naciones Unidas en pos de la igualdad de género y en todos los debates y acuerdos relativos a la Agenda 2030. La Entidad trabaja para lograr un mundo más inclusivo con la igualdad de género como elemento fundamental de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

¿Por qué se celebra el 25 de noviembre?

La fecha fue elegida para honrar la memoria de las hermanas Mirabal, tres activistas políticas de la República Dominicana que fueron brutalmente asesinadas en 1960 por orden del dictador dominicano, Rafael Trujillo.

Las hermanas Mirabal, Patria, Minerva y María Teresa fueron tres activistas políticas de la República Dominicana. Inspiradas en el triunfo de la revolución cubana;  fundaron el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, también conocido como Agrupación Política 14 de Junio, abreviado 14J (y 1J4) fue un movimiento de izquierda de la República Dominicana que luchaba en contra de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo quien estaba en el poder desde 1930.

Las hermanas Mirabal: Minerva, María Teresa y Patria. Foto tomada de Internet

A consecuencia de su activismo, las tres hermanas fueron torturadas y encarceladas en distintas ocasiones y, finalmente, el 25 de noviembre del 1960 fueron secuestradas y golpeadas por órdenes de Trujillo. El asesinato de las hermanas Mirabal generó un sinfín de protestas en el país y las convirtió en un símbolo latinoamericano en la lucha contra la violencia de género. 

De manera extraoficial, según explica la Organización de las Naciones Unidas, los orígenes de este día se remontan a 1981, cuando militantes y activistas en favor de los derechos de la mujer lanzaban sus protestas contra la violencia de género, para honrar a las hermanas Mirabal.

Sin embargo, no fue hasta el año 1999, cuando la ONU decretó oficialmente el 25 de noviembre como el Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres.

Día Naranja

En febrero de 2008, el entonces secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, lanzó la Campaña Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres y niñas, con el objetivo de generar conciencia pública e incrementar la voluntad política y los recursos asignados a prevenir, responder y sancionar la violencia contra las mujeres.

La campaña Únete ha designado el día 25 de cada mes como Día Naranja, un día para hacer un llamado a activistas, gobiernos y entidades asociadas de las Naciones Unidas para movilizar a la población y poner de relieve las cuestiones relacionadas con evitar y poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, no sólo una vez al año, el 25 de noviembre (Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer), sino todos los meses.

El color naranja invita a ser parte de un nuevo ciclo. Foto tomada de Internet

La elección del naranja responde a que este color simboliza en varias culturas, el final de un ciclo y el inicio de uno nuevo. Entonces, el naranja, como color brillante y optimista que es, invita a los ciudadanos a ser parte de un nuevo ciclo, uno sin violencia contra la mujer.

Esta iniciativa insta a las personas de todas las partes del mundo a que lleven algo de color naranja y tomen medidas para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas en todas las comunidades, en el hogar, en los espacios públicos, en las escuelas y en los lugares de trabajo, durante los conflictos y en tiempos de paz.

Este año, el lema es “Pinta el mundo de naranja ¡Pongamos fin a la violencia contra las mujeres ahora!”, llamando la atención sobre la urgencia de crear conciencia sobre las consecuencias sanitarias y sociales de la violencia contra las mujeres y fortalecer nuestro compromiso con la acción colectiva.

Día Naranja. Foto tomada de Internet

La Iniciativa Spotlight

Otra campaña que ha dado muy buenos resultados es la Iniciativa Spotlight, una asociación mundial, plurianual, entre la Unión Europea y Naciones Unidas para eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas para 2030. Creada en el 2017, es un programa dotado con un presupuesto de 500 millones de euros que despliega inversiones selectivas a gran escala en África, América Latina, Asia, el Caribe y el Pacífico.

Logo de Inicitiva Spotlight. Foto tomada de Internet

El nombre de la campaña proviene de la palabra inglesa “foco” y precisamente se trata de dar luz a los actos de violencia contra la mujer que en la mayoría de los casos se producen en la oscuridad porque se niegan y se ocultan, dado la vergüenza y estigmatización de las víctimas.

La Iniciativa Spotlight responde a todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, con especial atención en la violencia doméstica y familiar, la violencia y las prácticas perjudiciales sexuales y basadas en el género, el feminicidio, la trata de seres humanos y la explotación sexual y económica (de mano de obra).

Participantes en un evento de alto nivel organizado en el contexto de la Iniciativa Spotlight de la Unión Europea y las Naciones Unidas: progresos y perspectivas sobre la eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas. Foto ONU/Rick Bajornas

La campaña también pone de relieve la importancia de invertir de manera específica en las mujeres y las niñas, condición indispensable para alcanzar el desarrollo sostenible de acuerdo con la Agenda 2030.

La pandemia en la sombra: violencia contra las mujeres durante el confinamiento

En 2020, la COVID-19 trastocó nuestras vidas en casi todos los sentidos y en todas partes. Los países han impuesto confinamientos y restringido la circulación de personas para contener la propagación del virus. A medida que se cerraban las puertas y se iniciaba el aislamiento, comenzaron a aumentar las denuncias de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, en particular la violencia en el ámbito privado.

Emiliana Quispe, miembro del grupo feminista “Mujeres Creando”, muestra una máscara facial de tela que dice “Quedarse en casa no es lo mismo que Cállate en casa” que hicieron durante la pandemia de coronavirus COVID-19, en La Paz, 5 de mayo de 2020. Foto Aizar Raldes / AFP

Antes de la aparición de la pandemia de COVID-19, en todo el mundo 243 millones de mujeres y niñas habían sido maltratadas en el último año. La pandemia de la COVID-19 ha intensificado la violencia, que se ha visto agravada por una reducción de los servicios de apoyo y del acceso a la ayuda.

ONU Mujeres brinda información actualizada y apoya los programas vitales para luchar contra la violencia hacia las mujeres que se ejerce a la sombra de la pandemia de COVID-19.

Además los servicios esenciales de casas de acogida, refugios y líneas de atención y de ayuda se han visto sobrepasados por las circunstancias.

Por ello se requiere un esfuerzo y una responsabilidad por parte de todos para terminar con esta lacra social.

¿Qué puedes hacer contra la violencia de género?

La violencia contra las mujeres y las niñas constituye una violación de los derechos humanos que ha sido perpetuada durante décadas. Es omnipresente, pero no es inevitable, a menos que permanezcamos en silencio.

He aquí seis maneras en que puedes lograr el cambio de forma segura y efectiva: 

1. Escucha y cree a las sobrevivientes: Cuando una mujer comparte su historia de violencia, está dando el primer paso para romper el ciclo de maltrato. Debemos garantizarle el espacio seguro que necesita para hablar y ser escuchada.

Conviene recordar que al tratar casos de violencia sexual, la sobriedad, la vestimenta y la sexualidad de la víctima son irrelevantes. El autor es el único responsable de la agresión y debe asumir la responsabilidad por sí solo. Protesta contra la culpabilización de la víctima y haz frente a la idea de que las mujeres deben evitar situaciones que se perciban como “peligrosas” según los estándares tradicionales.

Las sobrevivientes están alzando la voz más que nunca, y todas y todos podemos hacer algo para asegurar que se les haga justicia.

No digas “¿por qué no te fuiste de allí?”.

Di: “Te escuchamos. Te creemos. Estamos contigo”.

Digamos !Basta! a la violencia de género. Foto tomada de Internet

2. Enseña a la próxima generación y aprende de ella: El ejemplo que damos a la generación más joven determina la manera en que esta piensa sobre el género, el respeto y los derechos humanos. Inicia conversaciones sobre los roles de género a una edad temprana y cuestiona los rasgos y las características tradicionales asignadas a hombres y mujeres. Señala los estereotipos a los que niñas y niños se enfrentan constantemente, ya sea en los medios de comunicación, en la calle o en la escuela, y hazles saber que no hay nada malo en ser diferente. Fomenta una cultura de aceptación.

Habla sobre el consentimiento, la autonomía física y la rendición de cuentas a niñas y niños, y escucha también lo que tienen que contar sobre su experiencia en el mundo. Al dotar a jóvenes activistas con información y educarlos sobre los derechos de las mujeres, podemos construir un futuro mejor para todas y todos.

3. Comprende qué es el consentimiento: El consentimiento convencido dado libremente es imprescindible, en todo momento.

En lugar de oír un “no”, asegúrate de oír un “sí” activo que haya sido expresado por todas las personas involucradas. Integra el consentimiento convencido en tu vida y habla de él. Frases como “se lo estaba buscando” o “los hombres así son” intentan desdibujar los límites del consentimiento sexual, culpabilizar a las víctimas y exculpar a los agresores del delito que han cometido.

Puede que las personas que usan estas expresiones entiendan el consentimiento como una idea vaga, pero la definición es muy clara. Cuando se trata de consentimiento, no hay límites difusos.

4. Demuestra tu oposición a la cultura de la violación: La cultura de la violación se da en entornos sociales que permiten que se normalice y justifique la violencia sexual, y en estos entornos se alimenta de las persistentes desigualdades de género y las actitudes sobre el género y la sexualidad. Poner nombre a la cultura de la violación es el primer paso para desterrarla.

Cada día tenemos la oportunidad de examinar nuestros comportamientos y creencias en busca de los sesgos que permiten que siga existiendo la cultura de la violación. Piensa en cómo defines la masculinidad y la feminidad, y cómo influyen tus propios prejuicios y estereotipos. Desde nuestra actitud acerca de las identidades de género hasta las políticas que apoyamos en nuestras comunidades, todo el mundo puede tomar medidas para luchar contra la cultura de la violación.

5. Haz donaciones a organizaciones de mujeres: Haz donaciones a organizaciones locales que ayudan a las mujeres, amplifica sus voces, apoya a las sobrevivientes, y promueve la aceptación de todas las identidades de género y sexualidades.

6. Sé responsable y exige responsabilidades a los demás: La violencia puede adoptar muchas formas, incluido el acoso sexual en el lugar de trabajo y en los espacios públicos. Pronúnciate contra ciertos comportamientos señalándolos: los silbidos, los comentarios sexuales inapropiados y los chistes sexistas nunca son aceptables. Promueve un ambiente más seguro retando a tus compañeras y compañeros a reflexionar sobre su propio comportamiento y manifestándote cuando alguien se pase de la raya, o pidiendo ayuda a otras personas si sientes algún temor.

Tolerancia cero hacia la violencia contra las mujeres. Foto tomada de Internet

Como siempre, escucha a las sobrevivientes y asegúrate de que tengan el apoyo que necesitan.

Tú puedes hacer la diferencia.

Poner fin a la violencia contra las mujeres es asunto de todas y todos

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