Poeta, narrador y crítico estadounidense, Edgar Allan Poe, fue ese genio desdichado y mórbidamente fascinante, una de aquellas figuras que cambiaron para siempre el universo de la literatura. Reconocido como el padre de la literatura de terror, creador del relato detectivesco y maestro indiscutible del relato corto.
Vida y Obra
La vida de este notable escritor no fue nada risueña. Nació en Boston, el 19 de enero de 1809, su padre, actor, abandonó la familia al año de su nacimiento y un año después su madre murió de tuberculosis, quedando huérfano. Fue adoptado por una caritativa familia de Richmond, los Allan, quienes se encargaron de darle una esmerada educación.
Los negocios familiares de su familia adoptiva llevaron a Edgar a Londres, donde el niño estudió en uno de los exclusivos internados de Chelsea, aprendiendo latín y francés. Sin embargo, los negocios en el viejo continente no tuvieron el éxito esperado y los Allan regresaron a Richmond en 1820. Mientras que el padrastro de Edgar era un hombre huraño, y no apoyaba al joven en su afán por escribir, su madre adoptiva puso toda su fe en el muchacho y siempre le demostró su cariño.
Al joven Edgar le fascinaba las historias que contaban las nodrizas y los criados negros, que apenas distinguían entre lo real y lo fantástico, lo ordinario y lo sobrenatural, los vivos y los muertos. Disfrutaba escuchar historias sobre zombis, aparecidos y magia negra. Era un ávido lector de los cuentos de terror publicados en las revistas inglesas y escocesas que llegaban a la oficina de su padrastro. Lo gótico y lo romántico se mezclaban en esas historias en las que los argumentos tenían lugar en páramos sombríos, mansiones en ruinas y cuyas protagonistas eran familias castigadas por una maldición.
Por esos años empieza sus primeros intentos literarios. También se enamora apasionadamente de una mujer mayor, a la que dedica su conocido poema To Helen (A Helen). Los que lo conocieron en esa época aseguraban que era “un joven pacífico, aunque no del todo sociable y no toleraba la manipulación”.
Con el deseo de que aprendiera leyes y comercio, su padrastro decidió pagar los estudios universitarios de Edgar. Matriculado en la Universidad de Virginia, Edgar se interesó por todas las disciplinas y siempre iba con un libro entre las manos; sin embargo se aficionó demasiado al juego, ya que el dinero que recibía de su familia no era suficiente, y a la bebida, lo que le provocaba un estado a la vez de euforia y lucidez. Esto provocó desavenencias entre Edgar y su padre de adopción, situación que llevó al abandono de Edgar de la Universidad de Virginia por incapacidad de pago, ante la remisión de su padrastro de seguir enviando dinero, para pagar deudas de juego. En 1827 se muda a Boston donde intenta ganarse la vida como periodista.
En ese mismo año se enlista en el ejército por una temporada, ganando un sueldo de 5. 00 $ al mes. También publica su primer libro: un pequeño libro de poesías de 40 páginas, titulado Tamerlán y otros poemas, texto que pasó desapercibido. Tras servir durante dos años y obtener el grado de sargento mayor de artillería, trata de acortar su cinco años de alistamiento, por lo que trata de acercarse nuevamente a su padrastro, para 1829 muere de tuberculosis su madre adoptiva, hecho que sumió al escritor en un profundo dolor. El acercamiento entre el joven y su padrastro, estará marcado con fuertes reconvenciones por parte de ambos, hasta una ruptura definitiva.
En 1831 publica su tercer libro de poemas, al que tituló simplemente Poemas; el segundo, había sido elogiado por el famoso crítico de la época John Neal. Comienza a escribir relatos cortos a diferentes periódicos de la ciudad, y en 1833 dos de sus relatos son premiados: Metzengerstein y Manuscrito encontrado en una botella; de este último el comité editorial declaró que: “era, con mucho, y de lejos, superior a cualquier cosa presentada antes”. Gracias a la ayuda de un acaudalado caballero llamado John Pendleton Kennedy consiguió trabajo como redactor en el periódico Southern Baltimore Messenger, donde pudo publicar diversas narraciones y poemas. Bajo su dirección, el periódico se convirtió en el más importante del sur del país. Al año siguiente murió su padrastro dejándolo fuera de la herencia.
El 22 de septiembre de 1835, con veintiséis años, contrajo matrimonio con su prima de trece años, Virginia Eliza Clemm; aunque en el certificado de matrimonio que se expidió meses después aparecía registrada con la edad de veintiún años.
Tras su matrimonio, comienza su ascenso en el mundo literario nacional. Escribe poemas, reseñas de libros, críticas literarias y obras de ficción; los que lo conocieron afirmaban que “era un joven atractivo, inquietante y estimulante”. Para 1839 se convierte en redactor jefe de la revista Burton´s Gentleman´s Magazine. En ella publicó Cuentos de lo Grotesco y Arabesco en donde aparecen algunas de sus relatos más famosos como La caída de la Casa Usher y Ligeia. También comienza gestar las narraciones que sería el inicio del género detectivesco: Los crímenes de la Calle Morgue, El escarabajo de oro, etc, y la aparición de su personaje el chevalier Auguste Dupin, como el primer detective de ficción.
Tras un periodo de éxitos profesionales y económicos, Virginia enferma de tuberculosis y en su largo padecimiento, Edgar entra en una profunda depresión y se refugia en el alcohol, deja su trabajo tras desavenencias con el editor.Trata por todos lo medios de buscar un nuevo empleo sin mucho éxito.
El 29 de enero de 1845, publica El Cuervo, poesía que se convierte en un verdadero éxito, el primero de su carrera; y una de las poesías más famosas de la literatura estadounidense y en idioma inglés en general. En ella se hace referencia a la pérdida del ser amado. Por la publicación de El Cuervo, solo recibió 9 dólares, en esa época los escritores no tenían apoyo y sus obras no eran bien pagadas. El genial escritor vivió la incomprensión de su medio y la realidad de una sociedad que solo concede méritos al dinero y a la política, lo hicieron blasfemar contra la democracia burguesa y lo convirtieron en un marginado social.
El 30 de enero de 1847, su esposa Virginia murió a causa de la tuberculosis y según contaron los amigos de Edgar, éste siguió todo el cortejo funerario ataviado con su vieja capa de cadete, una prenda que durante meses había sido la única ropa de abrigo que había habido sobre la cama de Virginia. Tras la muerte de su esposa, Edgar entabló relaciones con varias mujeres, pero nunca llegaron a feliz término debido a su difícil carácter y a su afición a la bebida. A pesar del estado de desesperación en el que había caído el escritor, fue en ese entonces cuando escribió obras tan relevantes como Ulalume, y un décimo y alucinado ensayo cosmogónico al que llamó Eureka, que a la postre sería el último libro publicado por Edgar. En diciembre de 1848 intenta suicidarse con láudano, pero este actuó de emético y el escritor se salvó.
En 1849, Edgar concertó un matrimonio con Sarah Elmira Royster, y a pesar de que todos sus allegados lo veían entusiasmado e incluso feliz con el proyecto, unos días después desapareció perdiéndosele el rastro. El 3 de octubre de ese mismo año, el escritor fue hallado en las calles de Baltimore en un estado de delirio, aspecto deplorable, con ropa que no era la de él y que le quedaba pequeña. Las personas que lo encontraron dijeron que estaba “muy angustiado, y necesitado de ayuda inmediata”.
Fue trasladado por su viejo amigo James E. Snodgrass al Washington College Hospital, y en ningún momento fue capaz de explicar cómo había llegado a dicha situación, ni por qué motivo llevaba ropas que no eran suyas. Murió el domingo 7 de octubre de 1849, a las cinco de la madrugada. “¡Qué Dios ayude a mi pobre alma!”, son sus últimas palabras antes de morir.
Tanto los informes médicos como el certificado de defunción se perdieron. Los periódicos de la época dijeron que la muerte del genio del misterio se debió a una “congestión” o a una “inflamación” cerebral. Con este eufemismo se solía encubrir en la época los fallecimientos por motivos más o menos vergonzosos, como era el caso del alcoholismo.
Legado
Su obra más conocida son los relatos a los que se suele ordenar, según el interés de los temas: terror, sobrenaturales, metafísicos, analíticos, de anticipación y retrospección, de paisaje y grotescos y satíricos. De todo el conjunto sobresalen los primeros, llamados también cuentos góticos y que constituyen lo más genuino de su creación. Sin pretender aterrorizar al lector, aspiraba a compatibilizar lo gótico con la credibilidad psicológica. Otros dos elementos lo constituyen lo onírico y simbólico. Escribió una única novela: La narración de Arthur Gordon Pym, texto enigmático que influenció a numerosos escritores, en particular al francés Julio Verne.
En una ocasión escribió: “Mi vida ha sido capricho, impulso, pasión, anhelo de la soledad, mofa de las cosas de este mundo, un honesto deseo de futuro”.
Un grande de las letras, su vida estuvo rodeada de muerte, pobreza, abandono, sufrimiento y una que otra alegría efímera, parte de ella fue su fuente de inspiración. inspiración de muchos, la lectura de su obra es fundamental. Su influencia en la literatura es absoluta.