Jane Austen. Foto tomada de Internet

Jane Austen: Alzar la voz a través de la escritura

Entre las voces narrativas femeninas más potentes en la historia de la literatura, destaca la de Jane Austen. Esta inglesa nacida en el seno de una familia de la burguesía, se salió por completo del convencionalismo social: No sólo no se casó ni tuvo hijos, sino que destacó por su voz crítica y su particular visión del mundo. Retrató a mujeres inteligentes y críticas, a la vez que satirizaba la burguesía de su época con una narrativa que iba a los eventos más auténticos, verdaderos y sentimentales de la cotidianidad. Dotada de un poder de observación asombroso, se convertiría en una de las más grandes referencias de la literatura inglesa.

Vida y Obra

Jane Austen nació en la localidad de Steventon, en Hampshire, Inglaterra, el 16 de diciembre del año 1775. Era la penúltima de siete hermanos; Jane y su hermana Cassandra eran las únicas niñas de la familia, de ahí que mantuvieran siempre una relación muy estrecha, llena de amor y complicidad. Sus padres eran el pastor anglicano de Steventon, George Austen y Casandra Leigh, quien provenía de una familia aristocrática. La madre de Jane era una mujer con una personalidad ingeniosa y de quien se cree, su hija heredó su personalidad ocurrente. Es conocido que también gustaba de escribir algunos versos, y que animó a su hija a escribir. La familia Austen era una familia clásica, con los valores y requerimientos sociales de la época.

En su casa existía una espectacular biblioteca, que fue la que incentivó su pasión por la literatura. En concreto, parece ser que entre sus primeros grandes autores de referencia estuvieron Daniel Defoe, Samuel Richardson, Henry Fielding, Laurence Sterne y otras figuras de la incipiente narrativa inglesa.

Jane y su hermana estuvieron dos veces internas en colegios para señoritas, teniendo que abandonarlo las dos veces: la primera a causa del tifus, en la que la joven Jane casi muere y la segunda a causa de las limitaciones financieras de la familia. Desde ese momento su padre se encargó personalmente de su educación.

Siendo una niña se inició en la escritura escribiendo poemas e historias. Jane compiló veintinueve obras teatro, versos y novelas cortas escritas entre 1787 y 1793 en tres cuadernos encuadernados, ahora conocidos como Juvenilia.

En 1801, los Austen se trasladaron a Bath y, tras la muerte del padre, en 1805, primero a Southampton y luego a Chawton, un pueblo de Hampshire, donde la escritora redactó la mayoría de sus novelas.

Casa natal de Jane Austen en Chawton, Hampshire. Foto tomada de Internet

En 1791 escribió La Historia de Inglaterra (The History of England), un manuscrito de treinta y cuatro páginas acompañado de trece miniaturas en acuarela de su hermana, Cassandra. Durante 1794, escribió su primer trabajo serio, Lady Susan, novela corta epistolar. El libro se publicó en 1871 en forma póstuma.

Pluma y tintero de la autora, Casa Museo Jane Austen. Foto tomada de Internet

Si el amor es uno de los temas fundamentales en sus obras es quizás porque en su vida no pudo disfrutar del mismo. En concreto, su primer pretendiente terminó rechazándola, argumentando que, por razones económicas, no podía casarse con ella. Luego de aquella primera decepción, sus padres intentaron casarla con un reverendo, pero ella se negó de forma tajante.Tal como lo dejaba ver en sus novelas, Austen creía “que un matrimonio solo debía hacerse con amor de por medio, y que, si no era así, solo representaba una atadura que terminaba por castrar todo el espíritu de la mujer”.

Jane se sintió cautivada por Thomas Fowle, pero no llegaría a materializar su relación, pues él murió de fiebre amarilla. Con Harris Bigg-Whiter, un joven cinco años menor que ella, llegó a comprometerse, pero al día siguiente del compromiso rompió con su promesa matrimonial.

La suya fue una vida sin grandes acontecimientos, apenas sin nada que turbara la placidez de una existencia pequeñoburguesa y provinciana; sólo muy de tarde en tarde realizaba algún que otro viaje a Londres.

Inspiración para escribir

La inspiración por la que comenzaría a escribir sus historias fue, entre otras cosas, para seguir los pasos de su prima, la Condesa Eliza de Feullide. Ella pasaba parte de su tiempo de ocio escribiendo obras de teatro que luego toda la familia se encargaba de poner en escena. Tal fue su influencia sobre la vida de Jane, que no sólo se lanzó a la escritura, sino que tomó la propia vida de Eliza como inspiración para algunas de sus obras como Love and Freindship, Henry and Eliza, Lady Susan y Mansfield Park.

Otro de los hechos que influyó en su narrativa fue la guerra. Austen escribió durante las Guerras Napoleónicas y se convirtió en una de las primeras novelistas en relatar estos temas en sus historias. Justamente en la más conocida, Orgullo y Prejuicio, hay toda una completa referencia a la guerra. Por su parte, en Persuasión, se habla de una historia de amor en tiempos de postguerra. La verosimilitud de las escenas se logra gracias a que la autora tenía una fuente de conocimiento directo al alcance. Dos de sus hermanos eran oficiales de la Marina Real.

Las seis novelas que escribió pueden agruparse en dos períodos diferentes. Durante el primero vieron la luz una serie de títulos, algunos de los cuales tardaron más de quince años en ser editados. Éste fue el caso de Orgullo y prejuicio (Pride and prejudice), considerada la mejor de sus novelas, cuya redacción emprendió el año 1796, aunque no se publicaría hasta 1813. En ella, Austen relata la historia de las cinco hermanas Bennet y las tribulaciones de sus respectivos amores.

Primera edición de Sentido y sensibilidad. Foto tomada de Internet

También son de este período Sentido y sensibilidad (Sense and sensibility), centrada otra vez en la historia de dos hermanas y sus asuntos amorosos, y caracterizada por su realismo. Cuando se publicó por primera vez Sentido y sensibilidad lo hizo sin que apareciera el nombre de Jane Austen, en su lugar únicamente aparecía la siguiente frase: “by a lady”.

Su segunda etapa creativa empezó en 1811, El parque de Mansfield (Mansfield Park, 1814), Emma (1816) y Persuasión (Persuasion, publicada póstumamente) son títulos que corresponden a este momento, y todos ellos narran los enredos románticos de sus tres heroínas, tratados con gracia y profundidad. La abadía de Northanger (Northanger Abbey, 1818), por último, es una especie de parodia sobre la novela gótica, tan en boga a finales del siglo XVIII.

Ilustración de la novela Emma (1815). Foto tomada de Internet

Conocida por obras con personajes fuertes, su escritura está caracterizada por la observación incisiva y los detalles meticulosos en una trama que consigue dar fuerza a acontecimientos en apariencia triviales y cotidianos, y que rescatan, incluso para los personajes secundarios, un cierto sentido de universalidad que tan gratos los hizo a los lectores y por los cuales la escritora se convirtió en uno de los grandes difusores de la novela británica.

Apacible, sereno y equilibrado es también su modo de novelar, la minuciosa y sutil ironía con que describe el ambiente que la rodea, el de la clase alta rural del sur de Inglaterra. La intriga narrativa suele ser de poca importancia, por lo que el interés de sus obras reside en los diferentes matices psicológicos de sus personajes, interpretados con gran agudeza, y en la descripción amable y comprensiva, pero no carente de maliciosa ironía, del ambiente social en que sitúa sus personajes, que no es otro que el suyo propio, el de la burguesía acomodada.

Se trata de novelas que apostaban, en cierta medida, por una auténtica revolución en su tiempo en cuanto a que intentaban romper con las normas sociales establecidas. Así, a través de sus protagonistas, no sólo abogaban por bodas por amor y no por intereses económicos sino también por unas mujeres capaces de decidir por sí mismas, por luchar por sus sueños, por no plegarse a todas y cada una de las imposiciones de sus maridos

Tras su muerte se editaron otras novelas incompletas: Los Watson (1923), Fragmento de una novela (1925) y Plan para una novela (1926). También se ha publicado su correspondencia (Cartas, 1932; edición corregida 1952).


Muerte

Jane Austen falleció en Winchester el 18 de julio de 1817 a los 41 años de edad. Su muerte fue atribuida a una “fiebre tifoidea” común en la época. Las enfermedades que se sopesan como causantes de la muerte de Austen son un cáncer, lupus, tuberculosis o la enfermedad de Addison, esta última la hipótesis más plausible. Se trata de un desorden neuronal infrecuente, que provoca fatiga, pérdidas de peso, decoloración de la piel, depresión y dolores abdominales. Austen había estado enferma durante varias semanas y había sido tratada por médicos en su casa en Chawton. La tumba de la escritora se encuentra en la Nave de la Catedral de Winchester, Hampshire, Inglaterra.

Su hermano James escribió su epitafio y dice lo siguiente: En memoria de Jane Austen, la hija menor del difunto reverendo George Austen, exrector de Steventon en este condado, dejó esta vida el 18 de julio de 1817, de 41 años, tras una larga enfermedad sostenida con la paciencia y la esperanza de un cristiano.

Tumba de la escritora. Foto tomada de Internet

Legado

Algunos críticos, consideraron los argumentos de sus novelas, como sensibleros, pero sorprende saber que su lectura no era solamente la preferida por el sexo femenino, sino que también muchos autores le rindieron sus honores. Ya en su época, un celebrado contemporáneo: Sir Walter Scott, alababa el “toque exquisito de Austen que convierte a las cosas comunes y corrientes en interesantes

La reputación de Jane siguió creciendo con el paso de los años. El naturalista Charles Darwin fue un gran un admirador de su obra, así como el político Winston Churchill y el narrador Rudyard  Kipling. El poeta Alfred Tennyson la comparó a Shakespeare, de igual manera, la compara el filósofo y crítico literario George Henry Lewes.

Mientras, en el siglo XX, el escritor ruso Vladimir Nabókov consideraba que: …”Hay novelas como Madame Bovary o Anna Karénina que son explosiones deliciosas sometidas a un admirable control. La obra de Jane Austen, en cambio, es la obra de una dama y el juego de una niña. Pero de ese costurero sale una labor exquisita y artística, y esa niña posee una vena poética asombrosa y genial”.

Su coterránea Virginia Woolf, a cien años de su muerte, proclamó para la talentosa escritora, lo que consideramos hoy un muy justo epitafio: “Aquí tenemos a una mujer…escribiendo sin odio, sin amargura, sin miedo, sin queja ni moralismos. Así fue como escribió Shakespeare, y cuando la gente los compara da por seguro que en la mente de ambos se han consumido todos los impedimentos (…) y precisamente por tal razón, Jane Austen vive más allá de sus palabras, lo mismo que Shakespeare.”

Después de Jane Austen, no hubo nadie como ella en la literatura inglesa.


La obra de Jane Austen es un referente dentro de la literatura, e incluso también dentro del mundo del audiovisual pues la mayoría de sus libros se han llevado al cine y a la televisión en varias ocasiones. Foto tomada de Internet
 
chevron_left
chevron_right

Leave a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Comment
Name
Email
Website