Día de la UNESCO. Foto tomada de Internet

UNESCO: A favor de la ciencia y la cultura

La UNESCO es quizá una de las organizaciones de cooperación internacional más conocidas en el ámbito de la cultura, la educación y el desarrollo científico, ya que posee sedes y operaciones a lo largo y ancho del planeta, en donde se le asocia con su vocación claramente pacifista y de respeto a la herencia cultural de la raza humana, así como su empeño en la reducción de la desigualdad social en sus diversas facetas.

Se conoce como UNESCO a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura, por sus siglas en inglés (United Nations Educational Scientific and Cultural Organization). Como su nombre lo indica, es una institución adscrita a la ONU y especializada en la promoción, difusión y defensa del saber científico y cultural de la humanidad. Y también, en orientar a los pueblos en una gestión más eficaz de su propio desarrollo a través tanto de los recursos naturales como de los valores culturales, con la finalidad de modernizar y hacer progresar a las naciones del mundo sin que por ello pierdan su identidad y diversidad.

La UNESCO cumple funciones de embajador cultural y defensor de la herencia de la humanidad en diversos aspectos, operando como un foro mundial de discusión y de difusión, una suerte de contrapeso a los Estados o de ayuda a las iniciativas científicas, culturales y sociales que se consideren de valor no sólo local, sino para la humanidad entera.

En ese sentido, es célebre su gestión patrimonial, que otorga a sitios de interés arqueológico, histórico, ecológico o cultural un estatus de renombre internacional, de modo que sean preservados y protegidos para las generaciones futuras. Lo mismo ocurre con tradiciones, celebraciones y otras formas de patrimonio.

Al mismo tiempo, UNESCO promueve la paz y la igualdad social, con campañas de alfabetización, celebración de la diversidad y la diferencia, reconocimiento a la mujer y formación comunitaria a diversos niveles.

El objetivo declarado del organismo es contribuir a la paz y la seguridad en el mundo mediante la educación, la ciencia, la cultura y las comunicaciones.

Antecedentes

Después de la Primera Guerra Mundial (1914–1918) y en el marco de la Sociedad de las Naciones, varios gobiernos pensaron que era importante crear un organismo dedicado a la cooperación intelectual en el plano multilateral. Los intelectuales y científicos tenían la convicción de que entre ellos era fácil comunicarse y desarrollar iniciativas comunes, por arriba de fronteras y nacionalidades, y la cooperación intelectual prometía ser un importante activo para la paz. El Consejo de la Sociedad de las Naciones aprobó en 1922 una Comisión Internacional de Cooperación Intelectual, cuyo presidente fue el filósofo y escritor francés Henri Bergson (1859-1941); tenía 13 miembros y se reunía cada año. Dos años después Francia propuso crear una instancia más estructurada, un Instituto Internacional de Cooperación Intelectual; éste se instaló en el Palais Royal en París en 1926 y tenía siete secciones. Debía promover el espíritu científico y “crear un estado de espíritu favorable a la solución pacífica de los problemas internacionales, en el marco de la Sociedad de las Naciones”.

Liga de las Naciones. Archivo de las Naciones Unidas en Ginebra. Foto tomada de Internet

Este instituto, verdadero antecedente de la UNESCO, trabajó durante catorce años, promoviendo la cooperación intelectual sobre todo en el campo de la educación mediante intercambios de científicos y estudiantes, becas y reuniones. Una vez fundada la UNESCO, entregó a ésta sus archivos.

Fundación de la UNESCO

En 1942, en plena guerra, los países aliados que luchaban contra el eje fascista, celebraron en el Reino Unido una Conferencia de Ministros Aliados de Educación (Conference of Allied Ministers of Education, CAME) para trabajar en la constitución de un “organismo internacional de educación“. Aunque la guerra distaba mucho entonces de su fin, los países de la alianza antinazi ya buscaban por qué medios podrían reconstruir sus sistemas educativos una vez restaurada la paz. 

Apenas terminada la guerra, la CAME consideró llegado el momento para convocar a una Conferencia Preparatoria. Rápidamente, ese proyecto fue adquiriendo una gran envergadura hasta cobrar una dimensión universal: hacía apenas siete meses de la creación, en San Francisco, de la Organización de las Naciones Unidas, la cual había recomendado convocar a una conferencia que habría de definir los estatutos de una “organización internacional de cooperación cultural”. Ante los horrores vividos en la guerra, había conciencia de que la educación y la cultura serían esenciales para asegurar la paz mundial.

El resultado de este proceso fue la Conferencia de Naciones Unidas sobre Educación y Cultura que tuvo lugar en Londres entre el 1 y el 16 de noviembre de 1945. A esta Conferencia de Londres asistieron 42 países, entre ellos Cuba. Fue presidida por la ministro de Educación del Reino Unido, Ellen Wilkinson, y el director del antiguo Instituto Internacional de Cooperación Intelectual fue su primer secretario ejecutivo.

Conferencia de constitución de la UNESCO. Foto tomada de Internet

El primer nombre propuesto fue UNECO, pues la “s” de “ciencia” en inglés o francés sólo se añadió en el curso de la conferencia, por sugerencia del biólogo británico Julian Huxley y tomando en cuenta las consecuencias trascendentales, puestas de manifiesto tres meses antes con los bombardeos atómicos a Hiroshima y Nagasaki que los avances científicos tenían para el futuro de la humanidad.

El proyecto de la UNESCO diseñaba ya su estructura y órganos: Conferencia General, Consejo Ejecutivo, director general y Secretaría. El Consejo Ejecutivo estaría integrado por 18 miembros elegidos entre los delegados a la Conferencia General; era claro que serían elegidos por sus características personales y no como representantes de sus gobiernos, circunstancia que habría de evolucionar andando el tiempo, primero hacia la ambigüedad entre ambas funciones y luego hasta el predominio de su carácter de representación gubernamental. También aparecían en el proyecto las Comisiones Nacionales, como elemento esencial.

El Preámbulo de la Constitución de la UNESCO comienza con la frase: “Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”, sentencia que resume la misión esencial asignada a la organización. Los autores de esta frase fueron el primer ministro británico Clement Attlee (1883-1967) y el poeta estadounidense (entonces director de la Biblioteca del Congreso en Washington) Archibald MacLeish (1892-1982).

El Reino Unido propuso que París fuese la sede de la nueva organización, y se convocó a una primera Conferencia General.

La primera Conferencia General, se celebró los días 20 de noviembre a 10 de diciembre de 1946; y tuvo como preocupación predominante en los estados miembros, el mantenimiento de la paz, por medio de acciones en los campos de la educación, la ciencia y la cultura. La comunicación e información se añadieron como ámbito de acción posteriormente, en 1990. La paz se entendió desde el principio no como mera ausencia de guerra sino como “solidaridad” y “convivencia armoniosa”, fruto del “esfuerzo de hombres libres para lograr su felicidad y seguridad”; se tenía la convicción de que “el progreso social, material y moral de la humanidad” se impondría por arriba de las causas de las guerras. En los años siguientes la UNESCO pasaría de “la paz como finalidad” a “la paz como proceso”, adentrándose en las cuestiones de la educación para la democracia, en la lucha contra la discriminaciones y el racismo y en otros variados temas.

También fue aprobado un programa que pareció satisfacer las expectativas de los estados miembro respecto a la nueva organización. Éste comprendía dos proyectos: el primero se centraba en la educación de base, indispensable para asegurar la paz: se fijaba un mínimo de instrucción formal y se disponían varias acciones para reducir el analfabetismo; la desigualdad educativa se consideraba “un peligro para el mundo”; por esto se ponía énfasis en la educación de los adultos, así como en la relación de la educación con la higiene y el civismo, y se recomendaba el uso de los medios audiovisuales, por entonces novedosos, así como la proliferación de las bibliotecas y el recurso a la radio. El segundo proyecto proponía una minuciosa revisión de los manuales escolares, pues también las deficiencias de algunos de éstos, por ejemplo en el manejo del nacionalismo, “constituían un peligro para la paz”; con este objeto se creó un centro de documentación.

En el sector de ciencia se formularon medidas para reparar los daños causados por la guerra a los equipamientos científicos y multiplicar las becas e intercambios de especialistas.

Respecto a la cultura y las ciencias sociales, la Conferencia General definió tres objetivos: determinar los rasgos característicos de cada cultura y el ideal de cada país; impulsar la simpatía y el respeto hacia los demás, y fomentar una cooperación más estrecha entre las naciones, en el pleno respeto a las diversas culturas.

Directores generales de Unesco

La lista de directores de esta institución internacional comprende los nombres de:

Julian Huxley (Reino Unido), de 1946 a 1947.

Jaime Torres Bodet (México), de 1948 a 1952.

Luther T. Evans (Estados Unidos), de 1953 a 1958.

Vittorino Veronese (Italia), de 1958 a 1961.

René Maheu (Francia), de 1961 a 1974.

Amadou-Mahtar M’Bow (Senegal), de 1974 a 1987.

Federico Mayor Zaragoza (España), de 1987 a 1999.

Koichirö Matsuura (Japón), de 1999 a 2009.

Irina Bokova (Bulgaria), de 2009 a 2017.

Audrey Azoulay (Francia), de 2017 (en curso).

Vocación pacifista y Programas impulsados

La UNESCO tiene vocación pacifista y universalista y, por ello, se ha orientado muy especialmente a apoyar la alfabetización. Este organismo da prioridad al logro de la educación elemental y colabora con la formación de docentes, de planificadores familiares y de vivienda, de administradores educacionales… También alienta la construcción de escuelas y la dotación del equipo necesario para su funcionamiento. En el plano cultural, busca la salvaguarda del patrimonio mediante el estímulo de la creatividad, la preservación de las entidades culturales y tradiciones orales y la promoción de los libros y la lectura.

La UNESCO ha impulsado toda una serie de programas precursores a lo largo de toda su historia, movilizando a filósofos, científicos, artistas e intelectuales de todas las naciones para denunciar y combatir las teorías racistas y llevar a cabo proyectos innovadores que han transformado nuestro mundo, por ejemplo:

La Convención Universal sobre Derecho de Autor (1952)

El Programa sobre el Hombre y la Biosfera (1971)

La Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural (1972)

La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003)

La UNESCO ha dado lugar a la creación de varias instituciones internacionales de investigación científica, como el CERN (Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire, es decir, Consejo Europeo para la Investigación Nuclear, 1952) y el centro SESAME (Synchrotron-light for Experimental Science and Applications in the Middle East, La radiación de sincrotrón para la ciencia experimental y sus aplicaciones en Oriente Medio, 2017), así como a la puesta en marcha de un sistema mundial de alerta contra los tsunamis.

La Organización lucha activamente contra los prejuicios y las discriminaciones y para la defensa de los derechos humanos. Es una de las primeras instituciones en haber abordado la cuestión del racismo y ha sido pionera en este ámbito. La UNESCO ha adoptado una Estrategia integrada de lucha contra el racismo, la discriminación, la xenofobia y la intolerancia, y ha designado a África como una de sus prioridades globales. Su participación en este Decenio es un imperativo moral, estatutario y programático.

La UNESCO está fuertemente implicada a través de sus programas La Ruta del esclavo, la Historia general de África, en particular la redacción del Volumen IX, con un tomo dedicado a la presencia africana en diferentes partes del mundo, y la Coalición internacional de ciudades contra el racismo.

En materia de información, promociona la libre circulación de ideas por medios audiovisuales y fomenta la libertad de prensa y la independencia, el pluralismo y la diversidad de los medios de información mediante el Programa Internacional para la Promoción de la Comunicación. Otros de sus logros más emblemáticos son los títulos de Patrimonio de la Humanidad y de Reserva de la Biosfera.

Actualmente los programas de la UNESCO contribuyen al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados en la Agenda 2030, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015.

La UNESCO contribuye a la implementación de los ODS a través de su trabajo en las siguientes áreas: Educación, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales y Humanas, Cultura, Comunicación e Información. Foto tomada de Internet

La revista de la UNESCO

Desde su fundación, la Organización contó con un boletín informativo oficial, pero fue en 1948 cuando el periodista estadounidense Sandy Koffler (1916-2002) decidió crear una revista mensual, que fuera “una ventana abierta al mundo para ensanchar las perspectivas” de sus lectores.

Sandy Koffler, segundo de izquierda a derecha. Foto tomada de Internet

Koffler se encontraba estudiando en París, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, interrumpiendo su carrera universitaria. Tras ser reclutado por el ejército norteamericano, participó en noviembre de 1942 en el desembarco de los Aliados en las colonias francesas del norte de África, trabajando como periodista radiofónico en Rabat (Marruecos) y Argel (Argelia), antes de ser nombrado corresponsal de la emisora La Voz de América durante toda la campaña de Italia (1944-1945).

Cada vez que una ciudad italiana era liberada, Sandy Koffler creaba en ella un periódico con el nombre de Il Corriere (El Correo). Por eso, cuando ingresó en la UNESCO al terminar la Guerra propuso la creación de una revista con ese mismo nombre. Koffler era un apasionado por la prensa y animado por un firme ideal ético.

El Correo estaba destinado a un público “instruido”, y más concretamente a los docentes y alumnos del sistema educativo. De ahí que su mayor número de lectores lo conquistara en las escuelas primarias y secundarias, así como en las universidades.

Koffler decidió que la revista trataría principalmente los siguientes temas: repercusiones de la ciencia en la vida humana, cuestiones raciales, arte y cultura, derechos humanos, historia y arqueología, diferencias culturales y conflictos entre los pueblos.

Además, la revista publicaba numerosos artículos dedicados a la conservación de la naturaleza y la ecología, y más concretamente a la oceanografía y la biología marina. Así, El Correo fue un precursor de las “ideas verdes”.

La redacción de los textos de la revista y la estética de su presentación eran de muy buena factura. En 1954 se modificó su formato para incluir fotos e ilustraciones a color, haciendo que fuese un modelo de calidad para su época.

La lista de colaboradores de El Correo fuera una verdadera antología de la cultura del siglo XX, escritores de la talla de: Jorge Amado, Isaac Asimov, Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Aimé Césaire y Arthur C. Clark son algunas de las plumas que dieron fama a la revista. El Correo cubrió también importantes eventos de las Naciones Unidas y la UNESCO, consagrando por ejemplo uno de sus números a la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada en París en 1948. 

En 1949 la tirada de El Correo se cifraba en 40.000 ejemplares y a principios del decenio de 1980 alcanzó el medio millón. Se estimó que por término medio cada ejemplar era leído por más de cuatro personas, lo que en total arrojaba una cifra superior a los dos millones de lectores. Éstos podían suscribirse a la revista, comprarla en su librería o quiosco de prensa habituales, o leerla en bibliotecas.

Al principio, El Correo se publicó solamente en francés, inglés y español pero con los años sus ediciones en otros idiomas aumentaron hasta alcanzar la cifra de 35 en 1988. Además, cuatro versiones lingüísticas de la revista se editaban también en braille.

La revista en diferentes idiomas. Foto tomada de Internet

Adaptándose a los tiempos modernos, a partir de marzo de 2006 ofrece sus servicios en línea. El Correo se adapta a las necesidades de sus lectores diseminados por el mundo entero: su publicación electrónica en formato PDF, en las seis lenguas oficiales de la Organización (árabe, chino, español, francés, inglés y ruso), así como en catalán, esperanto y coreano, va acompañada de una edición impresa con un número de ejemplares reducido.

De todas las publicaciones periódicas publicadas por las Naciones Unidas y sus organismos especializados, El Correo de la UNESCO ha ocupado siempre el primer lugar por el número de sus lectores, así como por la variedad de su público. Con el correr del tiempo, el contenido y la forma del Correo han evolucionado mucho. Sin embargo, la revista ha permanecido fiel a su vocación de siempre: propagar los ideales de la UNESCO, servir de plataforma el diálogo entre las culturas y servir de tribuna para debates internacionales

Conflictos

Sin embargo, la institución ha recibido fuertes críticas a lo largo del tiempo, algunas debido a su entorpecimiento de ciertas políticas económicas o culturales de potencias mundiales hegemónicas, y otras, paradójicamente, por respaldar decisiones legales contrarias a la libertad mercantil y de expresión de los pueblos.

La primera vez que un país abandonó UNESCO ocurrió en 1957, cuando la Suráfrica del Apartheid le reproche su “interferencia con sus asuntos raciales”, dado que el mundo entero protestaba la brutal segregación de la población negra en esta nación. Posteriormente, bajo la presidencia de Nelson Mandela, Suráfrica volvería a adherirse a UNESCO.

Otro país que se ha retirado en dos oportunidades de UNESCO es EEUU, como protesta por sus decisiones: una en 1985 debido a diferencias administrativas, junto con Reino Unido y Singapur (los tres países se reincorporaron más adelante, pero ocasionaron un grave daño financiero a la institución) y otra recientemente en 2017, como protesta por la adhesión como país miembro de Palestina, evento interpretado como un sesgo “anti-Israelí” por la presidencia estadounidense y la israelita.

En la actualidad

Actualmente, las prioridades de la UNESCO son el continente africano y conseguir la igualdad de género, es decir, que hombres y mujeres disfruten de los mismos derechos y obligaciones.

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