La Acrópolis. Foto tomada de Internet

Tesoros Arquitectónicos: La Acrópolis, el arte no superado

La Acrópolis de Atenas, conocida como “la roca sagrada” es el símbolo universal de la civilización y el espíritu clásico, y forman el más extraordinario conjunto arquitectónico y artístico legado por la Grecia antigua al mundo entero. 

Un poco de historia…

Localizada en el suroeste de la región llamada Ática, está circundada por el Licabeto y otros cerros de menor altura. El nombre Acrópolis, literalmente, la ciudad alta​ (ἄκρος ákrŏs “cima, extremo, punta”, πόλις pólis “ciudad” = ἀκρόπολις)  estaba presente en la mayoría de las ciudades griegas, con una doble función: defensiva y como sede de los principales lugares de culto.​ La de Atenas está situada sobre una cima, que se alza a 156 metros sobre el nivel del mar. También es conocida como Cecropia en honor del legendario hombre-serpiente, Cécrope, primer rey ateniense.

Durante la edad arcaica, entre los siglos VII y VI a.C., tomó impulso la construcción de templos, santuarios y otros edificios civiles sobre la Acrópolis. Y aunque ninguno de ellos se haya conservado, las fuentes literarias antiguas nos hablan de estas construcciones. Desde un principio, el templo griego fue un edificio vinculado a las antiguas construcciones palaciegas, y de hecho la disposición de su planta arquitectónica y la distribución de sus compartimentos recuerdan el mégaron, la sala del trono de los palacios minoicos (ver artículo: Tesoros Arquitectónicos: El palacio de Cnossos, Grecia antes de Grecia) y micénicos. Estas construcciones primitivas acogían a la divinidad protectora de la ciudad, representada en toscas imágenes de madera llamadas xoanon. Entre ellas figuraba la estatua de Atenea Polias tallada en un trozo de madera de olivo que, según la leyenda, había caído del cielo.

Este xoanon fue venerado en el templo arcaico dedicado a Atenea, edificio que, al parecer, estuvo en pie hasta el año 529 a.C. y debió de ocupar el emplazamiento en el que hoy se alza el Erecteion. Rodeadas de misterio, estas primitivas esculturas gozaban de gran prestigio y, aun cuando no se han conservado, se supone que fueron los modelos en que se inspiraron estatuas posteriores, como la Atenea criselefantina (en oro y marfil) del interior del Partenón, labrada por Fidias.

A mediados del siglo VI a.C., el político Pisístrato, quiso demostrar su poder emprendiendo varias obras en la Acrópolis. En los años 570-560 a.C. comenzaron por su iniciativa las obras de un nuevo santuario para la diosa Atenea: el Hecatompedón: “cien pies”, unos 33 metros, en alusión a su longitud, sobre el espacio que luego ocuparía el Partenón. Se trataba de un edificio de estilo dórico arcaico, construido en piedra caliza llamada poros, con placas de mármol en sus partes más refinadas. Fuentes literarias nos hablan de que en su frontón principal se había hecho representar un pasaje mítico de la lucha de Heracles con el monstruo Tritón.

Este edificio fue remodelado por Hiparco, hijo de Pisístrato, en torno al año 525 a.C., y en uno de sus frontones se esculpieron escenas de la Gigantomaquia o lucha de los dioses contra los titanes. La vida de este nuevo templo también iba a ser efímera, pues cuando los persas invadieron Atenas en 480 a.C., durante la Segunda Guerra Médica, fue destruido. Reconstruido poco después de que concluyera la contienda, fue devorado definitivamente por un incendio en el año 406 a.C.

El siglo de Oro

En la segunda mitad del siglo V a.C., después de la victoria en la guerra contra los persas y el establecimiento de la democracia, bajo el liderazgo político de Pericles (495 a.C.-429 a.C.), Atenas ocupó una posición dominante con respecto a las demás ciudades-estados de la Antigüedad. En este periodo de esplendor ateniense a todos los niveles: político, social, económico, cultural y  artístico; Pericles encomendó la reconstrucción de la Acrópolis como símbolo tras las Guerras Médicas. Su objetivo era dejar constancia de la hegemonía ateniense en toda la Hélade, además de crear una serie de templos consagrados a la diosa Atenea y otras importantes divinidades y héroes que todavía no contaban con santuarios.

Busto de Pericles, copia romana de un original griego. Foto tomada de Internet

Edificios que conforman la Acrópolis

La Acrópolis de Atenas contiene:  los Propileos, el Partenón, el Erecteion, el Templo de Atenea Niké, el Pandroseión, el Santuario de Artemisa Brauronia, el Arreforión, el Eleusinion, el Teatro de Dioniso, el Asclepeion y el Odeón de Pericles.

Propileos

Propileos, la espectacular entrada a la Acrópolis. Foto tomada de Internet

Levantados entre 437 y 432 a.C., los Propileos constituían la grandiosa entrada a la Acrópolis. Se trataba de un edificio central de forma rectangular compuesto por columnas dóricas y jónicas, que delimitaban cinco puertas de acceso con diferentes funciones, y dos alas laterales. La obra, realizada con mármol pentélico, estaba coronada por un techo azul en el que brillaban unos adornos dorados a modo de estrellas.

Propileos, vistos desde abajo. Foto tomada de Internet

El arquitecto de esta gran entrada fue Mnesicles, aunque el diseño original quedó incompleto a causa del estallido de la Guerra del Peloponeso, que enfrentó atenienses y espartanos.

Partenón

El templo de Parthenos o Partenón, es el principal edificio del conjunto arquitectónico de la Acrópolis. Construido entre los años 447 y 432 a.C., por los arquitectos Ictinos y Calícrates, bajo la dirección del arquitecto y escultor Fidias. De estilo dórico, se construyó en mármol blanco procedente del Monte Pentélico. Su función principal era el culto a Pallas Atenea, protectora de la ciudad-estado de Atenas. Los griegos la llamaban La virgen (parthenos). Según la mitología nació del cerebro de Zeus y por eso era la diosa de la razón y la sabiduría; pero también apoyaba la guerra justa, de ahí el casco y la lanza. 

Vista general del Partenón en la actualidad. Foto tomada de Internet

En el interior del templo se encontraba la imagen de oro y marfil (criselefantina) de Atenea Parthenos, una estatua de 12 metros de altura realizada por Fidias. En el exterior del templo estaba otra estatua de Pallas Atenea, también modelada por Fidias, pero en bronce, y que según cuenta la tradición, los reflejos de su brillante casco orientaba a los marinos. 

Atenea Partenos, réplica moderna, obra del escultor estadounidense  Alan Le Quire (1955), erigida en el interior de la reproducción del Partenón de Nashville, Tennessee. Su trabajo fue realizado sobre las descripciones y copias existentes de la original. Esta versión moderna tardó ocho años en realizarse, hasta 1990, siendo pintada y decorada con más de 4 kilos de pan de oro en 2002. La estatua añade una dimensión adicional de realismo a la réplica al reconstruir también la naos del Partenón, dando la impresión a los visitantes de que están dentro del antiguo lugar de culto ateniense.

La parte central y principal del templo estaba constituida por la cella, habitación de reducido tamaño donde residía la divinidad a la que estaba dedicado. Delante se encontraba una especie de vestíbulo llamado pronaos, y la parte posterior, lugar de morada del sacerdote custodio del templo y del tesoro, se denominaba opistodomos.

Una columnata rodeaba al edificio y era característico que el número de columnas de la fachada debía ser  siempre en número par mientras el número de las laterales era impar e igual al doble de las frontales menos una. Es decir un templo octástilo, con 8 columnas de frente, tenía 15 laterales. El Partenón mide 31 metros de frente por 70 metros de lado. Sus columnas dóricas se asientan en el pavimento sin base alguna. El fuste de la columna tiene 20 estrías y es ligerísimamente ensanchado en su parte central o éntasis.

El templo se cubría a dos aguas lo que daba lugar a que las partes delantera y trasera quedaran rematadas por dos triángulos llamados frontones que solían cubrirse por piezas labradas o pintadas denominadas tímpanos. Las del Partenón fueron cinceladas por Fidias y representaban la procesión de las Panateneas, que se encuentra actualmente en el Museo del Louvre de París.

Recreación en 3D del Partenón de Atenas. Foto tomada de Internet

Erecteion

Erecteion. Foto tomada de Internet

Construido entre los años 420 y 406 a.C., el Erecteion es un templo jónico, notable por la elegancia de sus pórticos y la delicadeza de su decoración. Fue erigido en el lugar más sagrado de la Acrópolis: donde la diosa Atenea hizo florecer el primer olivo de las tierras griegas.

Según cuenta la leyenda, Atenea y el dios del mar, Poseidón, se enzarzaron cierto día en una disputa por la posesión y el patrocinio de ese desnudo peñasco llamado Acrópolis. Para atraerse el favor de sus primeros moradores, Poseidón hizo brotar con su tridente un manantial de agua en aquel lugar y además ofreció como regalo a los atenienses el caballo, animal muy útil para los humanos. Por su parte, Atenea plantó el sagrado árbol del olivo como obsequio para los habitantes de la ciudad. El dictamen de un tribunal constituido por ciudadanos y presidido por el propio Zeus fue favorable a Atenea, quien desde entonces se convirtió en la protectora y benefactora de la ciudad, a la que dio su propio nombre, Atenas.

La zona más llamativa del Erecteion es la cubierta de la galería sur, que se sostiene con ayuda de las Cariátides, seis columnas con aspecto femenino que sujetan la cubierta del templo. Las que se pueden ver en la Acrópolis son sólo copias de las originales que se conservan en el Nuevo Museo de la Acrópolis.

Cariátides. Foto tomada de Internet

Templo de Atenea Niké

El templo consagrado a la Atenea Niké (Atenea Victoriosa), fue proyectado por Calícrates, quien también participó como arquitecto en la construcción del Partenón. Es un templo de pequeñas dimensiones, en el que destacan los pórticos con columnas jónicas. Fue concebido para conmemorar la victoria de los atenienses en la batalla naval de Salamina (448 a.C.), en la época de las Guerras Médicas que durante el siglo V a.C., enfrentaron los persas a las ciudades-estado comandadas por Esparta y Atenas. Las obras empezaron en el año 421 a.C., en plena Guerra del Peloponeso, cuando estas dos potencias se disputaban la hegemonía de Grecia. Es uno de los monumentos más destacados de la Acrópolis de Atenas.

Templo de Atenea Niké. Foto tomada de Internet

El templo albergaba una imagen de Atenea Niké, símbolo de la victoria, a la que se le cortaron las alas para que le fuera imposible abandonar Atenas.

Pandroseión

Era un santuario construido en tiempos de Pericles hacia el año 421 a.C. cerca del Erecteion, en el lado noroeste, en honor de Pandroso, hija de Cécrope. Estaba formado por una patio rectangular parcialmente rodeado de muros. En su interior se hallaba una estatua de Zeus Herceo (protector de la tierra) y el mítico olivo ofrecido por Atenea a la ciudad. El año 1917 se plantó el árbol actual, en recuerdo del mítico olivo. 

Teatro de Dionisios

En la vertiente opuesta de la colina, el teatro de Dionisios con una capacidad para 17.000 espectadores, congregaba a toda Atenas cuando en él se representaban espectáculos dramáticos. Aquí fueron representadas las obras de los grandes autores griegos de la antigüedad como Aristófanes, Sófocles, Eurípides y Esquilo. También es el lugar donde se celebraban los festivales anuales en honor del dios Dionisos.

El Teatro de Dionisos fue el mayor teatro que se construyó en la antigua Grecia. Foto tomada de Internet

Santuario de Artemisa Brauronia

Cerca de los propileos se encontraba el santuario de Artemisa Brauronia, construido el año 430 a. C. Tenía planta trapezoidal, en forma de Π con dos alas laterales. El cuerpo principal era una stoa dórica, construcción propia de la arquitectura clásica: un espacio arquitectónico cubierto, de planta rectangular alargada, conformado mediante una sucesión de columnas, pilares u otros soportes, de unos 38 m x 7 m. La stoa daba al norte y tenía 10 columnas a lo largo de su fachada, mientras que su pared posterior corría paralela a la muralla sur de la Acrópolis. En cada extremo de la stoa había un ala rectangular cerrada, de 10 m x 7 m, en la que se guardaban los tesoros del santuario. El lado norte se cerraba mediante un muro perimetral, con una puerta en su esquina noreste. La escalera que conduce al santuario, visible hoy en día, y el muro norte fueron construidos en el siglo V a. C., probablemente al mismo tiempo que los Propileos. En el siglo IV a. C. se añadió una nueva stoa, de 17 m x 7 m, a la ya existente en el ala este.

El patio triangular del Santuario contenía las ofrendas de los fieles, mientras que el edificio probablemente albergaba un xoanon  arcaico de Artemisa. Según el geográfo e historiador Pausanias (110-180 d. C.), una segunda estatua de la diosa, obra del escultor Praxíteles, fue colocada allí a mediados del siglo IV a. C. Pausanias también describe la presencia en este santuario de una representación en bronce del Caballo de Troya, mostrando algunos guerreros escondidos asomándose desde dentro.

Arreforión

Se trataba de un edificio situado en la parte norte de la Acrópolis que era donde vivían las arréforas, muchachas vírgenes de entre siete y once años que tejían el peplo (vestidura amplia y suelta, sin mangas, usada por las mujeres en la Grecia antigua) que recibía Atenea en las Panateneas y además realizaban un ritual en el que llevaban en una procesión nocturna misteriosos objetos sagrados hasta un santuario de Afrodita y Eros que estaba situado en la ladera norte de la Acrópolis.

Eleusinion

Templo situado en la ladera sur de la Acrópolis. Mandado a construir por Pericles, su edificación recayó en el arquitecto Corebos. La planta del santuario era cuadrada, con diversas hileras de columnas, y el techo se elevaba en forma de linterna. Estaba relacionado con los cultos eleusinos a Démeter, diosa de la agricultura. En dicho templo, las procesiones que iban desde Eleusis hasta Atenas, depositaban las reliquias sagradas, para después partir con ellas de nuevo en procesión hacia los misterios menores. Jugó también un papel muy importante en las Panateneas.

Asclepeion

En la ladera sur de la Acrópolis, se localizaba un asclepeion o templo curativo, que data del 420 a. C. aproximadamente. Consagrado a Asclepio, dios de la medicina y la curación, a el acudían los médicos en busca de respuestas para saber como curar diferentes enfermedades, y enfermos buscando ayuda.

Ruinas del Asclepeion vistas desde lo alto de la Acrópolis. Foto tomada de Internet.

Odeón de Pericles

Se construyó también bajo el mandato de  Pericles y cerca del teatro de Dionisio. Constaba de planta rectangular con doble hilera de columnas para la sustentación del techo y un propileo. Se utilizaba para las representaciones musicales, que empezaron en el año 446 a. C.

Reconstrucción del Odeón de Pericles, al lado el Teatro de Dionisios. Foto tomada de Internet

Legado

La Acrópolis de Atenas es considerada la máxima expresión de la adaptación de la arquitectura a un área natural. Conformada por una serie única de monumentos públicos, este impresionante conjunto de grandes estructuras de gran belleza, crea un paisaje monumental impresionante admirado mundialmente. 

Vista aérea de la Acrópolis. Foto tomada de Internet

Los monumentos de la Acrópolis han ejercido una poderosa influencia, no solo en la antigüedad grecorromana, época en la que eran considerados modelos a seguir en el mundo mediterráneo, sino también en la actualidad.   

Recreación idealizada de la Acrópolis en un cuadro de 1846 del artista alemán Leo von Klenze. Foto tomada de Internet

Hoy día Atenas es una ciudad donde contrastan el pasado y el presente. La Acrópolis y sus monumentos son símbolos universales de la cultura griega, sus espacios constituyen un espacio permanente de estudios de arte, arquitectura, arqueología y conservación.  

La Acrópolis de Atenas, en Grecia fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987. 

La Acrópolis es uno de los destinos turísticos favoritos. Foto tomada de Internet

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