Día de África. Foto tomada de Internet

Día Mundial de África: El continente más diverso del mundo

Cada 25 de mayo se celebra el Día de África. Esta fecha fue decretada con el objetivo de dar a conocer las necesidades que siguen enfrentando todos los países del Continente Africano. Así mismo, revindicar todos los avances socioeconómicos que han alcanzado, incluyendo su liberación del colonialismo.

¿Qué es África?

África con sus 30 millones de kilómetros cuadrados y 1,300 millones de habitantes es, el mayor continente tanto en términos de superficie como de población luego de Asia y América. Es un continente macizo y escasamente recortado lo que ha impedido su penetración hasta época tardía ya que no posee abundantes puertos naturales. Limita al norte con el mar mediterráneo, al oeste con el océano Atlántico al sur con el océano y al este con el océano Indico y el mar Rojo. Sus cabos más importantes son, Cabo Verde, Buena Esperanza, Agujas y Guardafuí. Los golfos más importantes son el de Guinea y Adén. En el océano Índico se encuentra la isla de Madagascar, la mayor del continente.

Foto tomada de Internet

En el continente africano se destacan las siguientes formas del relieve:

La gran meseta africana. Se eleva a poca distancia de la costa y ocupa gran parte del continente. Tiene un extenso sector bastante elevado, que comprende todo el sur de África y enlaza con las cumbres del Macizo de Etiopía, junto al mar Rojo. En su zona occidental hay algunas cubetas hundidas y surcadas por los ríos Congo y Níger, entre otros. En la parte oriental se halla el Valle del Rift o gran hendidura, donde se localizan numerosos volcanes como el Kilimanjaro (5.895 m), que es la mayor altura del continente. La gran extensión de las mesetas da al relieve africano un aspecto uniforme y explica su elevada altitud media.

Los sistemas montañosos. África no tiene grandes barreras montañosas. Los principales sistemas montañosos, como los montes Atlas, en el noroeste, los cuales forman parte del cinturón Alpino, el cual se originó por el choque de las placas africana y euroasiática. Los montes Atlas corren en forma paralela a las costas de Marruecos, Argelia y Túnez y se subdividen en Atlas Medio, Gran Atlas, Antiatlas y Atlas sahariano. Entre estos sistemas montañosos se extienden fértiles tierras bajas que integran las principales regiones agrícolas de los mencionados países; los montes Drakensberg, en el sur, se sitúan en los extremos del continente. En el interior destacan los macizos de Ahaggar y de Tibesti, en el área del desierto del Sahara.

Las llanuras. Forman una estrecha banda a lo largo del litoral, que solo se hace más extensa en algunas regiones costeras de Libia, Mauritania, Senegal, Mozambique y Somalia.

La mayor parte de los ríos africanos vierten sus aguas al océano Atlántico, al océano Índico y al mar Mediterráneo. Los ríos de la vertiente atlántica, como el Congo y el Níger, son ríos largos y de caudal abundante. El río Congo es el más caudaloso de África y el segundo más caudaloso del mundo. Los ríos de la vertiente mediterránea presentan un curso estrecho y corto, excepto el Nilo, que, con sus 6.671 kilómetros, es el río más largo de la Tierra. Cuenta con dos afluentes principales: el Nilo Blanco, que nace en el lago Victoria, y el Nilo Azul, que surge de las montañas de Etiopía. El Nilo desemboca en las costas de Egipto en forma de delta, después de atravesar la parte oriental del desierto del Sahara, donde el uso del agua para riego y la presa de Asuán han regulado su caudal. Los ríos de la vertiente índica son más cortos que los del Atlántico; destacan los ríos Limpopo y Zambeze en el que se forman las cataratas Victoria, que son unas de las más importantes del mundo.

Las tierras desérticas constituyen las dos terceras partes de África y carecen de ríos permanentes. En el Sahara, el mayor desierto del mundo, los cursos de agua son intermitentes, se denominan uadis, y no llegan al mar.

En las zonas de lluvias abundantes el agua se acumula en los terrenos hundidos y da lugar a lagos, como el Victoria y el Tanganika, que son el segundo y el quinto lagos de agua dulce más grandes del mundo.

El término África proviene de la palabra latina aprica, soleado, o mejor del griego aphriké, sin frío, por el viento africano apreciado en Grecia y Roma. También puede provenir del cartaginés Afrygah, que en este idioma equivalía a colonia.

Flora y Fauna

África alberga una flora y fauna tan bella y magnífica como diversa, ya que posee ecosistemas sumamente variados. Las zonas de vegetación se corresponden, con bastante exactitud, con las climáticas. La ecuatorial es el dominio del bosque virgen, rico en maderas preciosas, palmeras de aceite, de cuyas semillas se obtiene aceite industrial, cocotero, plátano, lianas que producen caucho, etc.

Diferentes tipos de vegetación en el continente. Foto tomada de Internet

Se extiende el bosque virgen por la Cuenca del Congo, las costas de Guinea y Tanzania, macizo etiópico y parte norte de Madagascar. Las zonas tropicales ofrecen un tipo particular de vegetación: la sabana, de altas hierbas y agrupaciones aisladas de árboles de hoja caduca. Se extiende la sabana por el Sudán, región de los lagos, Somalia, Cuenca del Zambeze, y la mayor parte del África austral. Las zonas desérticas, Sahara y Kalahari, carecen, en general, de vegetación, pero en las comarcas más favorecidas hay estepas con hierba corta, y donde existe agua surge el oasis con sus típicas palmeras datileras.

En la zona templada la vegetación es de tipo mediterráneo. Su elemento predominante es el bosquecillo, donde se asocian arbustos y árboles de poca altura.

Se destaca el árbol Baobab (propio de la isla de Madagascar), cuyas hojas, frutos y semillas se aprovechan como alimento, para la salud y para la elaboración de productos cosméticos.

La fauna está especialmente caracterizada por los mamíferos, entre los cuales pueden citarse el león, elefante, rinoceronte, hipopótamo, numerosos antílopes, jirafa, cebra, muchos quiropteros y babuinos, cercopitecos y, sobre todo, gorilas y chimpancés. Entre las aves figuran el avestruz, papagayo gris, numerosas zancudas, gallina de Guinea, corneja, estornino y algunas aves de rapiña. Los reptiles característicos son el cocodrilo del Nilo, la boa de dos franjas y la serpiente de anteojos. Entre los insectos, destaca la mosca tsé-tsé, transmisora de la enfermedad del sueño.

Algunos animales nativos de África. Foto tomada de Internet

Clima

A África se le denomina el continente cálido ya que si exceptuamos unas estrechas franjas al norte y al sur del continente todo el interior queda dentro del dominio cálido, caracterizado por la inexistencia de estaciones térmicas como existen en la zona templada, el ritmo estacional viene marcado por las lluvias.

Foto tomada de Internet

Cuna de la humanidad

Las teorías más sólidas señalan que África es la cuna de la humanidad.  La especie humana moderna llamada Homo sapiens surgió en África, hace unos 200 000 años, tras un proceso evolutivo de millones de años; antes del hombre moderno, otros homínidos ya ocupaban el planeta.

Se cree que los primeros homínidos (linaje Homo) evolucionaron a partir de un ancestro común entre los grandes simios actuales, que vivieron hace entre 8 y 6 millones de años.

Algunas especies, como Australopithecus garhi, Australopithecus sediba, Australopithecus africanus y Australopithecus afarensis, se consideran ancestros o hermanos de los homínidos.

Hace unos dos millones de años apareció el primer ejemplo de homínido, el Homo habilis. También sería el primero de su linaje en poder utilizar herramientas, según datos de la Enciclopedia de la Vida, perteneciente al Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian.

El siguiente en la línea evolutiva es la aparición del Homo erectus, que tenía una forma de andar y proporciones corporales más cercanas a las de los humanos modernos.

Pero no hacía falta que uno se extinguiera para que surgiera el otro. Según la Enciclopedia, se descubrió que H. habilis y H. erectus coexistieron durante aproximadamente medio millón de años, lo que sugiere que H. erectus no evolucionó inmediatamente de H. habilis, sino de un ancestro común.

Hasta entonces, la evolución humana se desarrolla íntegramente en el continente africano. Todos los fósiles de los primeros humanos, que vivieron hace entre seis y dos millones de años, proceden de África.

La migración de homínidos por todo el planeta probablemente comenzó hace entre dos y 1.8 millones de años. Los primeros humanos partieron primero de África hacia Asia y, un poco más tarde (hace entre 1.5 y 1 millón de años), llegaron a Europa.

Gracias a las diferencias climáticas enfrentadas en los nuevos hábitats, el género Homo continuó su evolución. Hace unos 500 000 años, en Eurasia, apareció el Homo neanderthalensis (nombre que significa persona del valle de Neander), también conocido como neandertal.

Simultáneamente con la existencia de los neandertales, el Homo sapiens evolucionó en África, durante una época de cambio climático dramático, hace entre 300 000 y 200 000 años.

Civilizaciones

En el noreste del continente se desarrolló la civilización egipcia;  donde se encuentra la única sobreviviente de las 7 grandes maravillas del mundo antiguo, la Gran Pirámide de Keops y que hasta la edad moderna, mantuvo su título como el monumento más alto del planeta. Los egipcios desarrollaron varios tipos de escritura, de la cual derivan los alfabetos semitas, griegos y latinos que hoy usamos en la mayoría del globo.  

En su costa norte también se desarrolló el imperio de Cartago, que desafió el poder de Roma en su afán de controlar todo el mar Mediterráneo.

Le península ibérica, pese a quedar en la punta oeste de Europa, llegó a ser ocupada por africanos durante ocho siglos creando allí el enclave más avanzado de occidente.  

Además, en otras zonas de dicho continente surgieron otras importantes civilizaciones: desde la de Zimbabue al sureste hasta los poderosos reinos de Ghana, Mali, Tombuctú y otros del noroeste. Entre los siglos XIII y XIV el magnate más rico de todo el planeta era Mansa Munsa cuyo poderoso imperio, el de Mali, también llegaría a enviar decenas de barcos a alta mar y se especula que éstos arribaron a Sudamérica, y cuyas informaciones de sus viajes fueron luego utilizadas por Colón. Alejandría y Tombuctú llegaron a ser las sedes de las mayores bibliotecas de su época.

La mítica ciudad de Tombuctú. Foto tomada de Internet

Esclavitud y Colonización

Los portugueses fueron los primeros europeos en establecer lazos comerciales con los diversos reinos negros, muchos de los cuales les proporcionaban oro, orfebrería y artesanía sofisticada. En su momento Lisboa llegó a tener una aristocracia de color proveniente del golfo de Guinea. Aún hoy esta es la capital europea con mayor proporción de afrodescendientes.

Sin embargo, los europeos siguiendo el ejemplo de los árabes empezaron a comercializar esclavos, algo que se acentuó cuando los colonizadores diezmaron la población aborigen del caribe y otras zonas de las Américas y se requería de mano de obra. Decenas de millones de africanos fueron esclavizados, gran parte de los cuales moría en los procesos de caza, encarcelamiento y transporte insalubre hacia el Nuevo Mundo. El holocausto de la esclavitud despobló y sub-desarrolló al África.

Ilustración que aparece en Horace Waller: The last journals of David Livingstone in Central Africa, vol. II, Londres, John Murray, Albemarle Street, 1874. Foto tomada de Internet

A pesar de que las potencias europeas siempre estuvieron en contacto con África, incluso desde milenios antes que se lanzaron a colonizar a las Américas y los océanos Indico y Pacifico con los que antes habían tenido escaso, o nulo contacto, éstas solamente fueron penetrando en el interior africano después que EEUU y Latinoamérica se habían independizado, proceso que duró desde finales del siglo XVIII a inicios del siglo XIX.    

Tres décadas antes de que comenzara la I Guerra Mundial tuvo lugar en Berlin, la conferencia de 1884-85, en la cual todos los imperios se repartieron África. Bélgica fue el único que se llevó un solo y gran pedazo (su propio Congo que funcionó como propiedad privada de su rey), mientras que grandes porciones de territorios se le dio a Francia (casi todo el oeste) y al Reino Unido (casi todo el corredor oriental que iba desde la costa norte egipcia hasta la austral de Sudáfrica). A las demás potencias europeas se les asignaron otros enclaves rodeados ya sea de posesiones británicas o francesas.   

Portugal, España, Alemania e Italia tuvieron varias colonias separadas entre sí mismas. Se les asignaron a Portugal las islas Azores, Madeira, el archipiélago de Cabo Verde, Guinea Bissau, las islas de Sao Tomé y Príncipe, Angola y Mozambique; a España, las islas Canarias, el norte y otras partes de Marruecos, Sahara Occidental y Guinea Ecuatorial; Alemania, Togo, Camerún, Namibia y Tanzania y a Italia, Libia, Somalia y Eritrea. Los británicos también se apoderaron de tres muy ricos países enclavados en medio del África occidental francesa: Nigeria, Ghana y Sierra Leona y Francia de Djibouti (un pequeño pero estratégico enclave que controla el pase del Océano Indico al Mar Rojo) la única isla de gran tamaño (Madagascar), además de otras aledañas en el Océano Indico. Turquía y Holanda habían perdido previamente sus provincias africanas ante Londres. Solo quedó sin conquistar el reino cristiano montañoso y sin mar de Abisinia y Liberia, una república que había sido repoblada por esclavos libertos que salieron de EEUU (potencia que inicialmente estableció allí un protectorado).      

Tras la I Guerra Mundial los vencedores de ésta expandieron sus colonias africanas. Tras la derrota alemana sus territorios se repartieron entre Francia (quien se quedó con Togo y Camerún), Reino Unido (Tanzania y Namibia) y Bélgica (Ruanda y Burundi). Culminada la II Guerra Mundial empieza la descomposición de todos los imperios europeos en el África como consecuencia de los movimientos independentistas, dando paso a los 54 Estados independientes que hoy le componen (además de otros dos que piden ser reconocidos internacionalmente).

Mapa de descolonización. Foto tomada de Internet

Solo quedaron en manos de sus antiguas potencias Azores y Madeira (Portugal), Canarias, Ceuta y Melilla (España) y Mayotte y Reunión (Francia). Todos estos territorios (la mayoría de ellos islas) son hoy parte de esas 3 naciones donde sus ciudadanos tienen derecho a elegir a sus propios parlamentarios y gobernantes y son partes de la Unión Europea.     

Hoy, sin embargo, por una extraña ironía la Unión Africana si se mantiene como la única unión que abarca a casi todo su propio continente, algo disímil con lo que pasa con la Unión Europea, bloque que no pudo integrar nunca a la mitad de los países y de la superficie que contiene su continente y que en el 2020 ha conocido su primera fragmentación.

Origen del Día de África

El origen de esta celebración tiene sus bases desde que se realizó por primera vez el Congreso de los Estados Africanos el 15 de abril de 1958, en Accra. Allí se congregaron representantes de varios países. En esa cita se mostró la firme determinación de estos pueblos por liberarse de la colonización extranjera.

Asistentes al encuentro en Accra. Foto tomada de Internet

En esta Conferencia se propuso la celebración de un Día de la Libertad Africana y, a partir de ese momento, se continuaron efectuando los encuentros entre los distintos jefes de estado del Continente Africano, hasta el 25 de mayo del año 1963 cuando 32 líderes de estados africanos se reunieron en Addis Abeba para formar la Organización de la Unidad Africana (OUA), hoy Unión Africana (UA).

Sede de la Unión Africana en Addis Abeba, Etiopía. Foto tomada de Internet

Este día marcó una fecha de gran importancia para el continente africano y su gente, puesto que supuso el inicio de su historia como diferentes países, sociedades y culturas. Y a raíz de ello, esta fecha se ha convertido en el Día Mundial de África. Una celebración que hace referencia a los logros del continente e invita a reflexionar sobre los retos y desafíos que se le plantean a África en el futuro próximo.

En la actualidad

En las últimas décadas, el continente africano ha sido merecedor de grandes avances, sobre todo, en el sector económico. De acuerdo a las últimas cifras, se ha podido comprobar que se ha producido un desarrollo significativo, que ha permitido, que las mujeres tengan un papel participativo en la economía, que le ha abierto las puertas y estar incluidas en el ámbito y desarrollo empresarial.

Las mujeres empiezan a tener un papel participativo. Foto tomada de Internet

Otro logro significativo para los países de este continente, ha tenido que ver con la descolonización. Esto ha sido en gran parte, gracias a la Organización de Naciones Unidas, la cual ha sumado esfuerzos para que esto se transformara en una realidad. Hoy se puede decir, que África ha logrado su independencia del colonialismo.

Por otro lado, el rol de la mujer, se ha reivindicado en un gran número de países africanos. Con el paso de los años han comenzado a ocupar cargos importantes en la política, la economía, la cultura y la ciencia, lo que ha significado una mayor igualdad de género.

El Día de África es un día festivo en todos los países del continente africano, incluso en algunos países las celebraciones duran varios días. Para la mayoría de las personas africanas, incluyendo las que viven en el exterior, el Día de África constituye un motivo de unión y reconocimiento de la diversidad cultural del continente, a la vez que supone una fecha que recuerda a todas y todos los africanos la necesidad de construir un continente unido, democrático y descolonizado.

Foto tomada de Internet

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