Haruki Murakami es uno de los escritores japoneses más conocidos de la actualidad, tanto en su país como fuera de él. Es uno de los pocos autores japoneses que han dado el salto de escritor de prestigio a autor con grandes ventas en todo el mundo.
Vida y Obra
Nació el 12 de enero de 1949 en Kyoto, pero se crió en Kobe, sus padres eran profesores de literatura japonesa por lo que de ahí vino su interés por ella. Influenciado por la cultura occidental tanto en la literatura como en la música, son esas influencias las que lo diferencian de otros autores japoneses.
Estudió literatura y griego en la Universidad de Waseda (Sodai), donde conoció a su esposa Yoko. Su primer negocio fue un bar de jazz llamado “Peter Cat”, una muestra de su gran amor por la música, uno de los grandes y necesarios referentes a lo largo de toda su obra.
Tokio Blues fue la primera de sus obras que despuntó y su fama le convirtió en una verdadera estrella en Japón. Tras pasar una larga temporada en Estados Unidos en la que escribió sus siguientes obras, Al sur de la frontera, al oeste del sol (1992) y Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (1995), Murakami decidió volver a Japón tras el famoso terremoto de Kobe y el atentado terrorista con gas sarín al metro de Tokyo, sucesos sobre los que escribiría posteriormente.
Desde su vuelta a Japón, publicó Sputnik mi amor (1999) y Kafka en la orilla (2002), que le valieron el definitivo espaldarazo internacional y el seguimiento fiel de una verdadera legión de lectores, seguidos por After Dark (2004), 1Q84 (2009) y Los años de peregrinación del chico sin color (2013). Murakami ha sido postulado al Premio Nobel de Literatura gracias a obras monumentales como 1Q84, trilogía que rompió todos los récords de venta en Japón.
Su carrera literaria no consta solo de novelas, también cuenta con recopilación de relatos, ensayos y cuentos ilustrados.
Pertenece a una generación de escritores influenciada por la literatura contemporánea norteamericana. Él mismo ha traducido a Tobias Wolff, Francis Scott Fitzgerald, John Irving o Raymond Carver, a los que considera indudables maestros.
Ha recibido numerosos premios, entre ellos el Noma, el Tanizaki, el Yomiuri, el Franz Kafka, el Jerusalem Prize o el Hans Christian Andersen, y su nombre suena reiteradamente como candidato al Nobel de Literatura.
Los temas en sus novelas
Sus obras tienen un marcado toque surreal y de fatalismo, en ellas refleja la soledad y el ansia de encontrar y poseer el amor. Crea mundos donde mezcla lo real y lo onírico, la felicidad con la oscuridad, que consiguen atraer la curiosidad e inquietud de los lectores.
El surrealismo, es probablemente el elemento que más engancha a los lectores. La mayoría de sus obras cuentan con personajes extravagantes, puertas que pueden convertirse en pasajes a otras realidades, animales que pueden convertirse en profetas y episodios oníricos que dan respuestas a las incertidumbres de los protagonistas. “Escribo cosas muy raras pero soy una persona muy realista. Cuanto más serio me vuelvo en la vida real, más extrañas son las cosas que escribo”, reconocía en una entrevista. Tanto es así que le han puesto como sobrenombre “el David Lynch de las letras”.
Murakami ha reconocido en más de una ocasión que “Los gatos son mi obsesión”. El autor siempre ha reconocido la predilección que tiene por estos animales. Algo curioso, si se tiene en cuenta que nunca ha tenido uno. Aunque también ha asegurado que no es baladí que aparezcan en sus obras. En la mayoría de ellas suelen tener una función: la de ayudar al protagonista a conocer personajes con los que jamás hubiera imaginado que encontraría.
La idea de que los gatos formaran parte del simbolismo de sus novelas empezó en su relato Los gatos antropófagos. Luego, siguió con Crónica del pájaro que da cuerda al mundo. Como vio que la cosa cuajaba, continuó con su propuesta en 1Q84, libro en el que había “El pueblo de los gatos”. Tampoco se debe olvidar el personaje de Nakata en Kafka en la orilla, que puede hablar con los gatos e, incluso, matar por ellos si fuera necesario.
Las mujeres, y sus relaciones con los hombres, siempre han sido una figura central en la literatura de Murakami. En los libros del japonés, ellas gozan de una belleza singular y, a su vez, espectral, típicamente japonesa. Son encantadoras, sensuales y están llenas de vitalidad. Ellos, en cambio, son insípidos, torpes, un tanto asociales tanto con su entorno como emocionalmente hablando y suelen ser portadores de un enigma inescrutable. Ambos protagonizan relaciones asimétricas cargadas de nostalgia y sexualidad.
“No creo haber escrito sobre muchos personajes femeninos. Cuando aparecen son las encargadas de llevar a los hombres en distintas direcciones. En la vida real he conocido a varias mujeres y por lo general esas mujeres han sido más inteligentes que yo, ellas me han guiado a distintos lugares. Pienso que la mayoría de las mujeres es más inteligente que la mayoría de hombres”.
Haruki Murakami acostumbra a describir exhaustivamente los sentimientos de pareja que siempre culminan en el sexo. El japonés siempre se ha considerado un lector asiduo de Freud. En este sentido, ha afirmado en alguna entrevista que ve el sexo como “un acto exorcizante y necesario en la vida diaria”. “El sexo es una actividad que ayuda a abandonar por un rato el mundo exterior y entrar en nosotros mismos”.
En la Actualidad
En 2015, Murakami abrió un consultorio online donde los internautas pudieron preguntarle y pedirle consejo durante varios meses. A partir de esa experiencia, el autor japonés decidió escribir un libro relatando los momentos más interesantes de esa conversación virtual.