Murasaki Shikibu: primera novelista del mundo

En Kioto, antigua capital de Japón, la élite había delegado las tareas administrativas a funcionarios subalternos, con el fin de dedicarse al disfrute estético. Esta sociedad singular produjo mujeres que escribían. Se dice, que en aquellos tiempos había más escritoras que escritores. Es un fenómeno único, en Japón y tal vez en el mundo.

Cuando la mayor parte de los hombres intelectuales se dedicaban a escribir textos eruditos, las mujeres empezaron a escribir sobre lo que sentían y sobre ellas mismas: diarios íntimos, poesía… y novelas.

Vida y Obra

Murasaki Shikibu nació en el año 973 (otras fuentes aseguran 974 o 977) en Heian-kyō, Japón. Considerada como la autora de la primera novela escrita en el mundo (entre el año 1000 y el 1012): Genji Monogatari o La novela de Genji. Además de novelista, Murasaki fue poeta y también dama de honor en la corte japonesa en el período Heian.

Murasaki pertenecía, por parte de padre y de madre, a una rama de los Fujiwara, la más ilustre familia de la nobleza de la época, familia en la que, por noble tradición, era vivo el culto a las letras y que dio al Japón una gran cantidad de hombres eminentes en todos los campos.

Shikibu hace referencia al trabajo de su padre que era funcionario del Ministerio de Asuntos Ceremoniales, el Shikibu-sho (uno de los 7 que tenía la Corte de Japón en esa época). Murasaki Shikibu es el título honorífico que recibió esta extraordinaria mujer ya que su nombre verdadero se cree que era Fujiwara no Takako. Murasaki es una palabra que deriva del color violeta que tiene la planta de la glicina o wisteria.

Heredó de su padre el talento para escribir y recibió, como convenía a las jóvenes de familia distinguida una cuidadosa educación. Unida a su viva inteligencia, tenía por naturaleza una memoria prodigiosa; pronto adquirió una vasta cultura que abarcaba desde la literatura china y japonesa hasta la búdica.

Murasaki Shikibu, dibujo por un artista de la época. Foto tomada de Internet

Contrariamente a las costumbres de la época, no se casó al llegar a la pubertad y permaneció en casa de su padre hasta pasados los veinte años. En 996 acompañó a su padre a la provincia de Echizen, de la que había sido nombrado gobernador. En 998 conoce a Fujiwara no Nobutaka, un primo lejano miembro de la corte, con quien contraería matrimonio al año siguiente. De este matrimonio nacieron dos hijas: Katako, conocida en la literatura con el nombre de Daini no sammi y Benno Tsubone. En 1001, su esposo murió durante una epidemia de cólera.

Murasaki, profundamente conmovida, se retiró a la vida privada, entregándose totalmente al estudio. La leyenda dice que en ese lugar conoció a alguien que le inspiró varios pasajes de novela. Una tradición pretende que la escribió en el templo de Ishiyama, junto al lago Biwa y bajo la luz de la luna que se reflejaba en las aguas, escena que ha inspirado infinitas veces a los pintores. A los peregrinos que visitan hoy el templo se les muestra el tintero del que se habría servido la escritora.

Parece ser que Murasaki Shikibu entró al servicio del ministro Michinaga (966-1027) y después, a partir de 1008, fue dama de compañía de Fujiwara Akiko (988-1011), hija de Michinaga y esposa del emperador Ichijo (986-1011). En el ambiente cortesano, intelectualmente refinado, pero frívolo, placentero y de costumbres libres, siempre a la busca de placeres estéticos delicados, pero lleno también de intrigas y aventuras amorosas, Murasaki constituyó una noble excepción.

Su nombre, fue sinónimo de las mejores virtudes femeninas. Su unión matrimonial, aunque breve, había sido feliz.  En su viudez, vivió una vida casta y pura, totalmente dedicada a la memoria de quien había sido para ella perfecto compañero. La vida y sus alegrías no tenían ya sentido para ella, y pasaba los días en la mayor soledad. Todo hace suponer que, después de la muerte de su marido, madurara en su ánimo el propósito de abrazar la vida religiosa, pero que después, por algún motivo, hubo de abandonar esta idea.

Su relación y toda la vida en la corte está plasmada en el diario de Murasaki. Su diario es parte intrínseca de un género literario típicamente japonés y femenino, el género nikki, que retrataba no las peripecias de su día a día, sino las sensaciones que les producían los distintos eventos palaciegos, sus relaciones con sus compañeras, la familia imperial o los funcionarios y soldados o simplemente algún paisaje o momento que fuese especial para ellas.

Salpicados con pequeñas poesías, los nikki están plagados de descripciones de la naturaleza, de las vestimentas de la gente, de fiestas, de personalidades o de sus propios sentimientos que rezuman sensualidad, belleza y melancolía. Prefería opinar sobre los trajes y comportamientos de la gente antes que describir con objetividad la vida cortesana. Combinando este tipo de pasajes con pequeñas confesiones sobre sí misma, llenos de melancolía y preocupación, y alguna que otra carta para algún amigo, es lo que aparece en el diario de Murasaki Shikibu.

También escribió una colección de poemas que la colocó entre los Treinta y seis inmortales de la poesía de ese período.

En 1014, habiendo muerto su hermano en la provincia de Echizen, de la que su padre era gobernador, marchó ella a ocupar su puesto y volvió a Kyoto con su padre, que había presentado la dimisión de su cargo. Multiples tristezas hicieron que su salud quedara gravemente afectada, falleciendo al poco tiempo. Aunque algunos autores creen que vivió hasta el 1031. Su tumba se conserva en la antigua capital del imperio: Kyoto.

Genji Monogatari

El nombre de su novela es Genji Monogatari que significa La novela de Genji o Romance de Genji. Es una extensa y compleja narración, considerada una de las primeras novelas de la historia de la literatura universal. La trama principal gira en torno a la vida del príncipe Hiraku Genji, o Genji, el resplandeciente, ideal del cortesano del período Heian, y en la que se explican sus aventuras galantes.

Ilustración de uno de los capítulos de la novela Genji Monogatari. Foto tomada de Internet

La obra traza un sensible y vigoroso retrato de la sociedad y la cultura cortesana durante el período Heian, cuyo decadente refinamiento anunciaba su propio final. Los hechos de guerra y las demostraciones de valor ocupan un segundo plano, en tanto que las virtudes más apreciadas son la búsqueda y la fugacidad de la belleza y el amor. El texto está en efecto impregnado del espíritu del mono no aware, o tristeza que subyace en todas las cosas. Escrita entre 1005 y 1013, es una monumental narración, dividida en cincuenta y cuatro capítulos y 4.200 páginas. El poeta y narrador argentino Jorge Luis Borges, gran admirador de Murasaki, consideraba que era ésta una auténtica novela psicológica.

Carácter y Estilo

Así se describía Murasaki:

Hermosa pero tímida, poco amiga de miradas ajenas, retraída, amante de las viejas historias, tan aficionada a la poesía que casi todo lo demás no cuenta para ella, y desdeñosa del mundo entero”, he aquí la opinión desagradable que la gente tiene de mí. Y, sin embargo, cuando me conocen me consideran dulce y muy distinta de lo que les han hecho creer. Sé que la gente me tiene por una especie de proscrita, pero me he acostumbrado a ello y me repito para mis adentros: “soy como soy”.

Una rica e intensa vida interior, con una relevante tendencia a la introspección, fue sin duda el aspecto más sobresaliente de su carácter, al que debe sumarse un sentimiento siempre noble y un trato exquisitamente elevado, incluso en la crítica.

Murasaki no describe la realidad, relataba su realidad, lo que ella consideraba importante, siempre bajo su punto de vista introvertido e irónico pero no exento de belleza y lírica.

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