Dora Alonso. Foto tomada de Internet

Dora Alonso: madrina espiritual de la infancia cubana

Narradora, dramaturga, poeta y periodista cubana considerada como una de las más importantes escritoras para niños. Es la autora cubana para niños más traducida y publicada en el extranjero, creadora de Pelusín del Monte, considerado el Títere Nacional.

Vida y Obra

Doralina de la Caridad Alonso y Pérez-Corcho, más conocida como Dora Alonso, nació en el poblado Recreo, actual Máximo Gómez, en la provincia de Matanzas, el 22 de diciembre de 1910. Era hija de un emigrante español nombrado David Alonso Fernández, criador y vendedor de ganado de desahogada posición económica, que en Cuba unió su vida a una campesina criolla llamada Adela Pérez-Corcho Rodríguez. Creció en un entorno rural que marcaría su vida y nutriría su discurso literario.

Desde pequeña tuvo muy claro su deseo, como expresara en una ocasión: “Desde niña pensé que podía, que quería, que iba a ser escritora. Era muy precoz y sumamente receptiva. Inventaba mil imaginerías, soñaba por horas y horas, refugiada bajo la sombra de un árbol, envuelta en una naturaleza casi virginal, cuyos ruidos conforman mi gusto y mi pensamiento. Por eso, fui escritora antes de saber escribir”.

A Doralina, su madre la estimulaba a leer libros de Víctor Hugo, Julio Verne y José Martí; y su nana, una africana llamada Namuní, le enseñaba leyendas y cantos africanos. Quizás esto influyó para que con solo nueve años obtuviera el primer premio literario provincial “Estela Brochs de la Torriente”, y le publicaran en el periódico El Mundo,un prestigioso diario cubano de la época, su primer poema con el título de  Amor, escrito alrededor de los 15 años.

Encaminó su vida hacia el periodismo, dándose a conocer en el periódico Prensa Libre, de Cárdenas en 1930. Integrada desde muy joven a las luchas revolucionarias, fue miembro del Ejecutivo Provincial de Matanzas de la Organización Joven Cuba, en la que conoció a Constantino Barredo Guerra, su pareja durante cuatro años.  Más tarde participó en el Comité Gestor Nacional del Partido Unión Revolucionaria Comunista. Posteriormente trabajaría en la revista Lux, de la Federación Sindical de las Plantas Eléctricas de Gas y Agua, donde publica sus primeras entrevistas como la que realizará en La Habana al poeta chileno Pablo Neruda.

En 1936 obtuvo el premio literario de cuento de la revista Bohemia. Con la novela Tierra adentro, ganó el Premio Nacional de Novela de la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación en 1944, y el periodístico “E. J. Varona” (1946). En el concurso de cuento “Hernández Catá” obtuvo el primer premio en 1947, además de varias menciones en otros años. 

Conoce después al matancero Fausto Rodríguez Sánchez, natural de Cárdenas, su compañero en la vida. En esa época escribe su primera obra de teatro para adultos: La hora de estar ciegos, en la que trata los problemas raciales existentes en Cuba y por la que es galardonada con el Premio “Luis de Soto” (1947) y posteriormente con el Nacional del Ministerio de Educación (1959) por la comedia La casa de los sueños.

Más tarde exploró la radio escribiendo sus primeros guiones de novelas radiales: Mensajeras, Medialuna, Sol de batey, Tierra nueva, La sombra lúcida, esta última, germen de Entre monte y cielo, de temática campesina, con la cual obtuvo gran éxito. Posteriormente algunas serían adaptadas para la televisión con similar éxito.

Durante los años 50´ la magistral narradora colabora para la Televisión Cubana. De esa fructífera etapa son algunas de sus creaciones consagradas, entre ellas, piezas teatrales concebidas para el títere cubano Pelusín del Monte, que harían las delicias de miles de espectadores cubanos; y escribe la primera pieza infantil para teatro: Pelusín y los pájaros.

Dora y Pelusín. Foto tomada de Internet

Colaboró como periodista y cuentista en Cúspide (Central Merceditas, Habana), Ellas, Vanidades, Leoplán (Buenos Aires), Bohemia, Claxon, Carteles, Pionero, Mujeres, Mar y Pesca, Casa de las Américas, Unión

A partir de entonces desarrolla una fecunda creación de literatura infantil, por la que recibió numerosos galardones. Entre ellas, El cochero azul (1975), Palomar, (1979) Aventuras de Guille; El valle de la Pájara Pinta, (1980); El caballito enano, El Grillo Caminante (1985), El libro de Camilín (1988) y La flauta de chocolate, que forma parte de su creación poética.

Títulos de Dora para los niños. Foto tomada de Internet

Entre otros reconocimientos, mereció el Premio Casa de las Américas por la novela Tierra inerme (1961), Premio Casa de las Américas en la categoría de obras para niños y jóvenes con El valle de la Pájara Pinta (1980), Distinción por la Cultura Nacional (1981), Distinción Félix Varela de primer grado (1988) y el Premio Nacional de Literatura (1988).

Sus cuentos aparecen en numerosas antologías cubanas y extranjeras; entre estas últimas se incluyen traducciones el ruso, alemán, inglés y francés. Utilizó los seudónimos Nora Lin y D. Polimita.

Falleció en La Habana, el 21 de marzo de 2001, con 90 años de edad. Según su propio deseo, su cuerpo fue cremado y esparcidas sus cenizas por el impresionante Valle de Viñales, donde quedó abrigada para siempre, por su amado campo cubano

Dora continúa viva en el magisterio de los que hoy siguen sus derroteros desde la literatura infantil desatando nuevos duendes o espíritus familiares en el  anchuroso mundo infantil.

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comment 1 comment
  • Oquidia

    Excelente trabajo, como nos tiene acostumbrados a poder disfrutar en cada uno de los publicados en este blog. Felicidades!!!

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