Federico García Lorca. Foto tomada de Internet

Federico García Lorca: Un poeta con duende

Una de las voces de la poesía y el teatro españoles de todos los tiempos.

Vida y Obra

Nació en Fuente vaqueros, Granada el 5 de junio de 1898, en el seno de una familia acomodada. Durante su infancia y juventud entra en contacto con las tradiciones populares de su pueblo. De niño se inicia en la música, la cual tendrá una presencia constante en su obra y compone y representa pequeñas obras teatrales en un retablo construido por él mismo. No ha cumplido diez años, y ya ha hecho sus primeros intentos poéticos.

Cursa la segunda enseñanza y leyes en el Instituto y la Universidad de Granada. En 1918 publica su primer libro, Impresiones y paisajes, en el cual ya aparecen algunos elementos estilísticos que desarrollará en su obra posterior.

Contando alrededor de veinte años de edad se traslada a Madrid para estudiar. Vive en la famosa Residencia de Estudiantes, a la cual estuvieron vinculados los más importantes escritores y artistas de la época. allí conoce a Rafael Alberti, Salvador Dalí, Luis Buñuel y otros. En este ambiente se discute apasionadamente sobre los acontecimientos más trascendentales de la vida social, política y cultural de España y del resto de Europa.

La influencia y la personalidad de Federico García Lorca se hace sentir pronto, tanto en la Residencia como en la Universidad y los ambientes literarios y artísticos. El poeta da a conocer sus versos de viva voz ya en tertulias, ya en la Residencia. Su actividad creadora se intensifica y enriquece. Se compenetra con lo mejor de los clásicos españoles, a lo cual aúna su conocimiento amplísimo del folclor musical y de la poesía tradicional popular.

De izquierda a derecha Salvador Dalí, Moreno Villa, Luis Buñuel, García Lorca, and Jose Antonio Rubio Sacristán, Madrid, 1926. Foto tomada de Internet

En 1921 publica Libro de poemas; al año siguiente Primeras Canciones, y diez años más tarde, el Poema del cante jondo. Estos libros lo colocan entre los poetas más celebrados de su momento. Al mismo tiempo, escribe su primera obra importante de teatro, El maleficio de la mariposa, que aunque no tuvo éxito de público, si fue señalada por la crítica como un signo de renovación en el rutinario teatro español de la época.

En 1927, año del centenario de Góngora, García Lorca publica el Romancero Gitano y estrena Mariana Pineda. Ambas obras evidencian que, como el caso de Lope de Vega, el poeta lírico y el dramaturgo son inseparables. Lo español, lo mejor del pueblo están presentes en estas obras. El estreno de Mariana Pineda constituye todo un acontecimiento. Sus representaciones, dice el crítico Juan Chabás, “fueron jornadas gloriosas en las cuales los aplausos tenían el sonido de combate popular del cual el poeta era expresión nacional con su voz“. Entre 1929 y 1930 escribe La zapatera prodigiosa.

Portada original del Romancero Gitano. Foto tomada de Internet

Dos años después, Federico García Lorca hace su primer viaje a América. Visita Nueva York y de allí pasa a Cuba. En la capital comparte con la familia Loynaz. Fue homenajeado en la Universidad donde recitó su Romance Sonámbulo, La casada infiel, y dictó su célebre conferencia El teatro y la teoría del Duende; teoría estética donde despliega sus ideas acerca del proceso de creación artística. Aquí, Lorca manifiesta que el gran arte depende de un conocimiento cercano de la muerte, de la conexión con los orígenes de una nación y de un reconocimiento de las limitaciones del raciocinio.

De La Habana pasa a Santiago de Cuba. Esta visita le inspira su bellísimo Son de negros en Cuba: “Cuando llegue la luna llena iré a Santiago de Cuba, iré a Santiago, en un coche de agua negra”. La experiencia neoyorkina le inspira uno de sus libros capitales, Poeta en Nueva York, que indica un enriquecimiento de su estilo y lenguaje poético a la vez que refleja las impresiones que le causó la sociedad norteamericana.

Federico García Lorca en su visita a Santiago de Cuba. Foto tomada de Internet

En la primavera de 1930 García Lorca regresa a España. Se viven momentos de lucha revolucionaria. El pueblo reclama la república. El poeta se coloca al lado del pueblo, al cual ama y comprende entrañablemente. En 1931 crea el teatro La Barraca, con el cual recorre pueblos y aldeas de España, llevando lo mejor del teatro clásico español.

Su obra dramática aumenta en profundidad: Bodas de sangre, Yerma, Don Perlipín con Belisa en su jardín, Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores y La casa de Bernarda Alba. En este período Lorca ya ha alcanzado su plenitud intelectual. Sus obras tremendamente  humanas, estremecen por su sentido trágico hecho poesía. Su dramaturgia es tal como él mismo lo expresara: “El teatro es la poesía que se levanta del libro, se hace humana. Y al hacerse, habla, y grita, llama y se desespera”.

Adapatación cinematográfica de Carlos Saura de Bodas de Sangre. De izquierda a derecha Juan Antonio Jiménez, Cristina Hoyos y Antonio Gades. Foto tomada de Internet

Esta concepción teatral explica la fuerza y emotividad de personajes como Mariana Pineda, Yerma, Doña Rosita y Bernarda, entre otros, verdaderos símbolos, que enmarca siempre el ambiente de la oscura vida rural o provinciana de aquella España dominada por los prejuicios y convencionalismos.

Después del éxito de La zapatera prodigiosa y de Bodas de sangre, García Lorca emprende su segundo viaje a América. Reside durante un año en la Argentina,  donde se estrenan sus obras. Dicta conferencias y lee poesías todavía inéditas, que se recogerían posteriormente en los libros Poeta en Nueva York y Diván del Tamarit, publicados póstumamente. De regreso a españa, el poeta trabaja intensamente en sus últimas poesías para entregarlas a la edición. En 1935 compone su extraordinaria elegía Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, dedicado a un amigo torero muerto trágicamente.

En 1936 concede una entrevista en la que asegura: “En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con su pueblo. Hay que dejar el ramo de azucenas y meterse en el fango hasta la cintura para ayudar a los que buscan la azucena”.

Federico García Lorca y su madre, doña Vicenta, en el interior de la casa de la Huerta de San Vicente, la finca de veraneo de la familia, ubicada en Granada. Foto tomada de Internet

Pocos días antes de estallar la rebelión franquista, en el verano de ese mismo año, Federico García Lorca parte desde Madrid a Granada. Allí, cuando la ciudad es asaltada por la furia del fascismo, el poeta se oculta en la casa de un amigo. Pero de ella le sacan sus verdugos. Fue fusilado en las cercanías de Fuente vaqueros, la noche del 20 de agosto de 1936.

chevron_left
chevron_right

Leave a comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Comment
Name
Email
Website