El verano es una de las cuatro estaciones climáticas de las zonas templadas: la más cálida de ellas, que tiene lugar entre la primavera y el otoño. Se trata de una estación vinculada con la cosecha (aunque ésta dependa del tipo de semillas sembradas) y con el período vacacional, ya que en muchas regiones la población huye del agobiante calor hacia latitudes más frescas.
La estación inicia generalmente con el Solsticio de verano (21 de junio en el hemisferio norte y 21 de diciembre en el hemisferio sur). Ahora bien, ¿sabes por qué el Solsticio de verano ocurre?
¿Qué es un solsticio?
Del latín solstitium; formado por sol y la raíz stit derivada del verbo sistere (pretérito perfecto stiti), detener, esto es, “sol quieto” porque durante los solsticios, el sol parece detener su marcha.
Es el resultado de la inclinación del eje norte-sur de la tierra 23,4 grados hacia el Sol. Esta inclinación hace que cantidades diferentes de luz solar alcancen diferentes regiones del planeta durante la órbita de la Tierra en torno al Sol.
En el solsticio de junio, el Polo Norte se encuentra más inclinado hacia el Sol que durante cualquier otro día del año.
Esto significa que en el Solsticio de junio, el hemisferio norte vive el día más largo y la noche más corta del año. En el hemisferio sur ocurre lo opuesto: junio trae el Solsticio de invierno y el día más corto del año. En el Solsticio de verano, el hemisferio norte recibe más luz solar que en cualquier otro día del año, pero esto no significa que el primer día de verano sea el más caluroso.
Riesgos del Solsticio de verano
Durante el Solsticio de Verano no existe ningún peligro o riesgo por el que la población pueda estar perjudicada, en realidad, lo único que se recomienda al momento de que el Sol llegue a su cenit es no verlo directamente ya que puede dañar gravemente la visión de la persona.
Sin embargo, los riesgos se presentan poco después de haber sucedido, y no es más que los causados por las altas temperaturas que se derivan de este fenómeno. Debido a la cantidad de energía y luz solar que se libera luego del Solsticio, las temperaturas veraniegas se elevan notoriamente, lo que puede causar que las personas sufran pérdida de líquidos, minerales y nutrientes que son necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo humano si no se mantiene una buena hidratación y alimentación durante esta estación.
Las bebidas con altos niveles de alcohol y las comidas chatarras y muy calientes deben ser evitadas o reguladas en tal caso, además de tener un hábito de beber de 1,5 a 2 litros de agua o jugo de frutas diario, para contrarrestar los efectos del calor y la deshidratación causada por el Solsticio de Verano.
Significado espiritual
Más allá del significado astronómico, para muchas culturas y para la astrología tradicional el Solsticio de Verano tiene una simbología relacionada con el renacimiento de la tierra.
Para innumerables pueblos, este fenómeno ha sido descrito como la guerra eterna entre la Luz y la Oscuridad que los hombres y mujeres han librado desde el inicio de los tiempos.
Se dice que en el Invierno, las tierras y la naturaleza están muertas, a la espera de que la vida resurja cuando se acabe esta estación, sin embargo, la Primavera resulta un tiempo de transición y preparación, para que al momento del Verano, la luz solar llene de nutrientes y de vida con su punto más alto a toda las tierras, por lo que se celebra el triunfo de la vida sobre la muerte y el renacimiento de los suelos.
Culturas y tradiciones relacionadas al Solsticio de Verano
La celebración del Solsticio de Verano es tan antigua como la misma humanidad. La llegada del verano ha sido siempre, históricamente, un momento de celebración recibido con alegría por todo tipo de culturas. Así como el invierno siempre ha marcado la llegada del frío y la escasez, el verano es un tiempo de bienestar y abundancia en el campo.
Tradicionalmente, los agricultores daban gracias por el verano, las cosechas, las frutas y por disponer de más horas para cumplir con sus tareas y entregarse a la diversión. También es el momento justo para pedir por la fecundidad de la tierra y de los mismos hombres. Fogatas y ritos de fuego eran iniciados la víspera del verano para simbolizar el poder del Dios padre Sol y ayudarle a renovar su energía. Asimismo, se trataba de rituales para purificarse y asegurar el renacimiento del Sol.
Además la llegada del Solsticio de Verano traía una jornada cargada de poder y magia. Según las creencias procedentes del paganismo de tiempos pasados, diversas criaturas mágicas y deidades de la naturaleza andaban sueltas por los campos.
En el Antiguo Egipto, el Solsticio de Verano coincidía con el año nuevo en el calendario egipcio, cuando la estrella más brillante en el cielo después del Sol, Sirio, iniciaba su aparición al amanecer, anunciando el crecimiento del Río Nilo.
De manera que el delta del Nilo, se llenaría de nutrientes y mucha agua; teniendo en cuenta que es un desierto; para así empezar con el tiempo de cosechas, donde el alimento abundaría.
Se celebraban fiestas que podían durar hasta ocho días seguidos, con ritos, ceremonias, reuniones y más, en los Templos distribuidos alrededor del territorio, con músicas, danzas y embarcaciones adornadas con guirnaldas de flores.
El dios egipcio del Sol, Ra, representado por un halcón, era el principal protagonista de todas las celebraciones durante esta fecha, con coronaciones y ofrendas de todo tipo.
Para los Antiguos griegos el Solsticio de Verano marcaba el año nuevo. Se celebraba un festival en Atenas: La Kronia (Κρόνια), en honor de Kronos (Cronos) el día 12 de Hekatombaion (mes correspondiente a julio) y se consideraba el día más igualitario del año.
Durante esta celebración la jerarquía social era totalmente olvidada en favor de un día totalmente festivo en el que la moral quedaba también aparcada. La celebración quería conmemorar y emular la Edad Dorada de Kronos, en la que nadie tenía que trabajar para conseguir un sustento y toda la humanidad era considerada como igual.
La llegada del Solsticio de verano traía además el reflejo del Sol evidenciaba la presencia de una puerta hacia otra dimensión, y se creía que la fuerza del Sol disminuía constantemente, día tras día gracias a que el Astro Rey viajaba a la dimensión de los espíritus de los Hombres. La puerta de la que hablaban se le llamaba la Puerta de los Hombres, cuando se trataba del Solsticio de Verano y la Puerta de los Dioses cuando se hablaba del Solsticio de Invierno.
Además, la cultura griega le rendía máximo culto a Apolo, el dios solar y padre de la medicina del espíritu, creando hogueras, fogatas y encendiendo antorchas con el objetivo de purificar el alma y honrar a Apolo.
Para los Romanos, la celebración del Solsticio de Verano, se trataba del matrimonio entre el dios Júpiter y la diosa Juno; de allí el nombre del mes de Junio y su importancia en cuanto a los matrimonios; cuya unión simbolizaba la fecundidad.
Una de las celebraciones hechas era la del nacimiento del hijo del Fuego, Servio Tulio, el favorito de la diosa Fortuna, y consistía en quedarse toda la noche en vela, con antorchas y velas iluminando los hogares con el objetivo de que durante esa noche, el Sol se llenara de la energía del fuego y que así la cosecha fuera de las mejores.
El día del Solsticio también era símbolo de agua, por lo que las familias romanas, tomaban embarcaciones y adornándolas, desfilaban por los ríos con guirnaldas, flores y música.
Además, en esa fecha, se celebraba el día del dios Jano, proveedor y poseedor de las llaves de las puertas, cuya cabeza poseía dos caras, una que apuntaba al Solsticio de Verano y la otra al de Invierno; de manera que al momento de llegar uno de ellos, abrir los portales del mundo de las deidades y así hacer más fácil la comunicación entre el mundo terrenal y el divino. A partir de esto nació la creencia de la purificación, ya que al igual que podía comunicarse con seres divinos, también los espíritus malignos influenciarían.
En el Solsticio de verano Celta, las hogueras tenían la misión de llevar fuerza y energía al Sol, para que su luz durara más y así la cosecha ser abundante. Además, los bosques solían ser visitados con frecuencia durante la celebración, pues se creía que el mejor momento del año para recolectar plantas medicinales era esta, para que así, su efecto fuera mucho más potente y les durara todo el año.
Los agricultores tomaban ramas encendidas y las hacían pasar alrededor del cultivo para alejar los demonios y las enfermedades, así como los ganaderos llevaban a su ganado al frente del fuego para purificarlos y quitarles todo rastro de brujería que pudieran tener.
También existía la tradición de pasar a pie descalzo por encima de las cenizas aún calientes de la hoguera, o danzar alrededor de ella para pedir bienaventuranzas y ahuyentar las malas energías.
Por otro lado, el agua también era símbolo de celebración durante el Solsticio de Verano para la religión celta, pues era común que hombres y mujeres se bañaran en ríos y lagos durante el solsticio con el objetivo de renovarse, purificarse, rejuvenecer o ser más fértiles.
La celebración del Solsticio de Verano en América se celebraba mucho antes de la llegada de los primeros europeos. En México, la civilización maya dejó una huella indeleble que ha perdurado hasta nuestros días. Los mayas no construyeron sus imponentes ciudades de piedra al azar.
Esta avanzada civilización levantaba los edificios de sus ciudades en completa armonía con los astros. Y es que los mayas adquirieron su conocimiento y sabiduría directamente de la observación de la naturaleza, los astros y sus repeticiones cíclicas.
Un claro ejemplo de ello se puede observar en la ciudad maya de Chichen Itzá, en la Península de Yucatán. La disposición de sus pirámides es matemática pura. Gracias a ello, durante el atardecer del día más largo del año podrás acercarte a su pirámide central, El Castillo y ver cómo exactamente un lado está bañado en la preciosa luz del atardecer y el otro se encuentra totalmente sumido en la sombra. Además, el juego de luces hace aparecer a Kukulkán, una deidad maya representada por una serpiente emplumada.
El Willkakuti, o regreso del sol tiene su origen en la cultura aymara. Se celebra el 21 de junio en las ruinas preincaicas de Tiwanaku. Este ritual se conoce como el Año Nuevo Aymara. El regreso del sol simboliza la recepción de renovadas energías cósmicas y también el comienzo del nuevo ciclo agrícola.
El Año Nuevo Aymara tradicionalmente comienza en la salida del sol en el día del solsticio y es recibido por los tambores y quenas: los antiguos sonidos de la música boliviana. Cada año, más de treinta mil personas se reúnen para presenciar este ritual. Se celebra en Argentina, Chile y Perú, aunque su principal sede de celebración es en Tiwanaku, República de Bolivia.
Durante el Solsticio de Junio, las comunidades incas celebraban el Inti Raymi en honor al dios solar Inti y era instituido como una ceremonia de reconocimiento político para el emperador Inca y los indígenas con mayor poder dentro de la urbe incaica.
Era realizado dentro de las plazas más importantes de la comunidad a la cual asistían todos los miembros de la urbe, que sobrepasaban los 100 indígenas.
Este festejo, al igual que otras tradiciones indígenas, fue suprimido por los colonizadores españoles al momento de la conquista, y fue altamente prohibido por la Iglesia Católica, imponiendo la fiesta de San Juan. Actualmente todas estas ceremonias han vuelto a hacerse populares y se realizan con carácter turístico con la presencia de visitantes nacionales e internacionales que visitan los países andinos como Perú, Colombia, Bolivia, el norte de Argentina o Ecuador.
Los países eslavos, como Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Polonia celebran el solsticio de verano con una gran fiesta que demuestra la alegría que les produce dejar atrás el invierno largo y duro.
La fiesta más grande en esta época se llama La noche de Iván Kupala o La Vispera de Iván Kupala y tiene lugar a principios de julio, unos días después de la jornada más larga del año. Este día festivo combina la palabra “Iván”, nombre eslavo para San Juan Bautista, y “Baño” o Kupala, que se refería al baño en las aguas de los ríos y al término y tradición de San Juan de bautizar personas sumergiéndolas por completo en el agua.
Dicen los eruditos, que el origen de esta celebración se encuentra en rituales paganos relacionados con la fertilidad.
Agua, fuego y tradiciones amorosas se mezclan en el Iván Kupala. Los rusos suelen celebrar esta ceremonia con gran estímulo y entusiasmo, donde todos los jóvenes juegan y se divierten al borde del río haciendo travesuras durante todo el día.
Uno de los ritos más famosos del Iván Kupala es saltar sobre las llamas de las hogueras que se hacían para purificarse y la lectura del futuro por las doncellas y mujeres que utilizaban coronas y guirnaldas de flores con velas, dejándolas flotando en las aguas para así adivinar el futuro que les depara en cuanto al amor, leyendo el camino que la corona marca con la corriente del agua.
Además, los hombres solteros tienen la costumbre de intentar tomar las coronas depositadas para de esa manera captar la atención de la doncella que la depositó en el agua.
Otra de las tradiciones de la Noche de Iván Kupala es buscar los helechos que se dice, florecen durante la noche del Solsticio, para obtener cantidades inimaginables de sabiduría, prosperidad, buena suerte y poder. La mujeres solas son coronadas con guirnaldas de flores y se internan al bosque oscuro, seguidos de los hombres solteros, buscando las flores y los helechos que recién florecen.
El Solsticio de Verano dentro de la Wicca (religión neopagana, vinculada con la brujería y otras religiones antiguas en la primera mitad del siglo XX) se basa en un ciclo, donde la oscuridad y la luz trabajan y viven en conjunto, teniendo su propio tiempo de reinado.
Al momento de este fenómeno es el auge del reinado del Sol, de la Luz y de la creación, estando el Astro Rey en su punto más alto en el cielo. Sin embargo, al terminar el solsticio también se marca el punto de caída de este reinado, donde el poder del Sol disminuye, y los días pasan de ser más largos a más cortos, y la noche comienza a tener más horas, comenzando su periodo de reinado.
En esta fecha los espíritus buenos y malos salen a hacer de las suyas, los duendes bailan bajo la luz de la super luna, las hadas y ninfas corren y vuelan por los campos dando vida a toda planta que rozan y los lugares más místicos se llenan se su más pura magia.
La noche del Solsticio de Verano es considerada la más mágica de todas en la wicca, se considera que el aire emana las más grandes cantidades de magia y que místicas criaturas, bailando alrededor de las hogueras, juegan con trucos y maldiciones a todo aquel humano que se encuentren cerca.
Las hogueras poseen un significado de limpieza, purificación, cambio y energía. Normalmente las ofrendas de Solsticio de verano Wicca sean florales que poseen lavanda, manzanilla, rosas, margaritas, lirios, saúcos, hierbas de San Juan y verbena, con el objetivo de llenar el Sol y el pueblo con energías positivas, de fertilidad y luz.
Los inciensos son usados con olores a rosas, limón y lavanda, y las velas o prendas que usan los Wicca Solsticio de verano durante este fenómeno son el rojo, naranja, el verde, amarillo o el blanco, para así impregnarse de la energía y el poder que el Sol emana desde su punto más alto en el firmamento.
Durante más de 5000 años, el Stonehenge se ha asociado con el Solsticio de Verano y miles de personas van a apreciar este fenómeno desde este gran monumento.
El Stonehenge es una construcción que se encuentra en Amesbury, condado de Wiltshire en Reino Unido, es un monumento proclamado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es protagonista de misterios y disputas entre los más grandes y famosos arqueólogos.
Este monumento está formado por grandes piedras metamórficas, situadas formando un círculo que tiene unos 30 metros de diámetro y, aunque no se sabe su principal objetivo con certeza, se cree que era usado para rituales religiosos, fiestas y celebraciones en épocas especiales, esto gracias a huesos de animales que se encontraron a sus alrededores.
Cada año miles de personas de todo alrededor del mundo van a observar este fenómeno en Stonehenge, con el objetivo de ver el Sol situarse entre las rocas del monumento, tanto así que se ha convertido en una tradición para muchas familias tanto en Inglaterra como en el mundo entero.
Día para casarse
Durante el Solsticio de Verano, la cosecha de plantas medicinales, frutos y sobre todo la miel, era realizada a la Luz de la Luna, ya que se creía que los poderes que estos poseen se hacen más fuertes durante esa noche.
En este mes, los matrimonios eran constantes, pues se pensaba que era la mejor época para casarse, y para que la relación se mantuviera con amor hasta la muerte.
Con motivo de celebración, cada vez que alguien se casaba, compartían la primera miel del año, y luego, todos sus alimentos eran en base de miel, incluso se bañaban en ella para impregnarse de las energías positivas que la miel había obtenido del Sol.
Debido a esta tradición de recolectar la miel a la primera luna llena o plenilunio luego del Solsticio, pasó a denominarse como Luna de Miel, costumbre que derivó como el viaje que toma cada recién casado luego de concebir matrimonio.
¿Cómo se celebra el solsticio de verano hoy en día?
Muchas tradiciones, rituales y ceremonias de culturas en diferentes partes del mundo practicadas durante el Solsticio de Verano, tienen el mismo enfoque que en la antigüedad: la purificación, el cambio y la renovación de las energías solares y personales.
¿Cómo podemos celebrar el Solsticio de verano? Algunos de los rituales y ceremonias permanecen en vigencia hoy en día, no son excluyentes para solo una cultura, pues tienden a ser universales. Entre las más conocidas figuran:
Purificación con Agua: Este ritual es corto y simple, se trata de tomar un vaso de vidrio, alguno que no importe mucho, y llenarlo hasta el tope. Luego, se debe concentrar en el líquido toda la energía negativa que tenemos dentro y que nos rodea.
Después de liberarse de la negatividad, se echa el agua por encima del hombro o la cabeza sin mojarnos y se tira al piso o se rompe el vaso, copa o recipiente donde colocamos el agua.
Limpieza profunda: Durante la semana del Solsticio de verano se recomienda realizar una limpieza completa por todo el hogar, con el objetivo de deshacerse de toda la mala energía y las impurezas que durante el año, fueron acumulándose. Principalmente:
Limpiar pisos y ventanas: Durante el Solsticio, se deben limpiar todo el piso de nuestra casa y las ventanas lustrarse con agua y sal de mar o bicarbonato, sobre todo las ventanas de la entrada, para así botar esa mala energía que la gente haya podido dejar allí.
Limpiar y botar ropa: Es el momento perfecto para deshacerse de aquellas prendas que no se usan; siendo donadas a instituciones de caridad. También es el momento preciso para botar aquella ropa que traiga malos recuerdos y energías.
Prendas blancas y amarillas: Otro de los rituales para el Solsticio de verano trata de las prendas o ropas de color blancas y amarillas. No hay mejor momento en el año para comprar y usar prendas de color blanco, amarillo o naranja, para atraer pureza, espiritualidad y reinicio.
Velas e incienso: Luego de haber limpiado a profundidad la casa, se deben usar incienso o velas aromatizadas, con el objetivo de limpiar todas las impurezas del aire, las malas vibras, con olores simples y tenues.
Saltar sobre la hoguera: Se dice que al montar una hoguera en la Noche de San Juan Bautista, y saltar de 7 a 9 veces sobre el fuego, brindará protección sobre todo el año y que si se hace acompañado, la amistad o el amor se hará más fuerte.
Todas las celebraciones poseen un mismo objetivo dejar lo malo atrás, quemar las malas energías o purificar nuestra vida, pensamientos y deseos para que el resto del Año, hasta el próximo Solsticio vivamos sin incidentes.